El derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell causó terror en la mañana de este martes. Con al menos un muerto confirmado y una mujer rescatada, los bomberos continuaban trabajando para remover los escombros y sacar a las personas que quedaron atrapadas. Tras la tragedia, trascendió que el edificio estaba en obra, pero no contaba con la autorización correspondiente. Pero no es el primer caso de este tipo en la Costa Atlántica. 

La Municipalidad de cada localidad es la principal encargada de aprobar y supervisar cada una de las construcciones dentro de su territorio. La reforma del Dubrovnik en particular se estaba "realizando en forma clandestina, sin cumplir con la normativa", indicaron las autoridades de Villa Gesell a través de un comunicado. Además, explicaron que habían frenado las obras en agosto de este año.

Para la edificación, remodelación o reconstrucción de una obra actualmente existen dos reglamentos: el urbanístico y el técnico. El primero depende exclusivamente de cada municipio y el segundo se aplica a nivel nacional y refiere a la evaluación de las zonas bioclimáticas.

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En la Costa uno de los factores a tener en cuenta son las sales. "Depende de la agresividad. Para poder llevar a cabo un trabajo es necesario utilizar un recubrimiento de pasta de cemento en los hierros para evitar el desgaste", manifestó Claudio Risetto, ingeniero civil, en diálogo con Noticias Argentinas.

"Debe haber una zona de control permanente en obras para evitar estos casos. Acá hay una cuestión de responsabilidad penal y civil. No solo depende de la municipalidad, sino también del propietario que debe entender el riesgo que existe", agregó Risetto.

Son varios los antecedes en los últimos años que afectaron a las ciudades costeras. En Villa Gesell en enero del 2020 ya se habían derrumbado tres balcones de un edificio localizado en Avenida Costanera 69. No hubo ni víctimas ni heridos en aquella ocasión.

En Mar del Plata se registran dos casos recientes. También en 2020, pero en julio, una mampostería que se desmoronó de un inmueble mató a una mujer de 48 años que caminaba junto a su hija y otras chicas. Todas las demás salieron ilesas. 

En 2018 dos balcones que cayeron de un edificio en Punta Mogotes causaron la muerte de Agustina Ferró y su niña, India Luzardi. 

El mismo año se derrumbó por completo el techo de un centro comercial de Santa Teresita, en plena construcción. Murieron seis personas.