Millonarios, poderosos y con una gran necesidad de tener una visita discreta. Pareciera ser uno de las exigencias tácitas que deben cumplir los que pretenden vacacionar en el country club Cumelén, en Villa La Angostura.

Se trata del lugar elegido nuevamente por el Presidente Mauricio Macri para descansar junto a su esposa, Juliana Awada, y su pequeña hija, Antonia.

Alguna vez el Presidente lo describió como "su lugar en el mundo". En esas tierras hace diferentes actividades: jugar al paddle, fútbol, golf y también mantiene diversas reuniones con amigos, empresarios y algunos políticos. 

Macri, junto a su familia disfruta las posibilidades que se le dan allì. Tal vez el único lugar donde puede caminar sin recibir un reclamo o el pedido de una "selfie".

Los habitantes de allì están acostumbrados a que personas públicas como la reina de Holanda, Máxima Zorreguieta, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, serán dos de las personalidades que transitan y eligen el country.

Cumelén está ubicado a orillas del lago Nahuel Huapi, en un predio de más de 30 hectáreas de bosques de araucarias y arrayanes. Su característica principal no es el lujo. Allí, lo que más cotiza, es la privacidad. Por eso, no cualquier millonario puede llegar e instalarse.

Para ser socio del "Club Cumelén”, que administra el complejo, se debe contar con la invitación de otro miembro y con el visto bueno de la mayoría. Nadie quiere un escándalo. "Acá no es como el Jockey Club, que pagás y te hacés socio. Se filtra mucho y hay bolilla negra. Si va Maradona a buscar una casa, no la va a conseguir”, dijo una vecina a un medio.

Macri y Awada se hospedaron en la casa que usan siempre, la del empresario Jaime Fernández Madero. Esta propiedad es una de las pocas que fue fotografiada por la prensa oficial. Allí fue donde, en diciembre del 2016, el Presidente recibió a Alfonso Prat Gay luego de pedirle su renuncia como ministro de Hacienda.

En aquel momento, Presidencia no informó el contenido de la reunión pero hizo circular imágenes de ambos conversando en el deck y caminando por los jardines. Algo inédito para los vecinos tan reticentes a las cámaras y la atención.

Según relatan, a Macri y a su esposa se los ve caminando, cenando en el Club house, nadie los molesta y se ven tranquilos.

Uno de los vecinos a los que el presidente va a visitar asiduamente en su estadía a Nicolás Caputo. El empresario de la construcción y más íntimo amigo del Presidente. "Nicky” tiene desde hace años una cabaña llamada "Kitty Mapu”. Esta es una de las propiedades más antiguas de Cumelén y perteneció (hasta su muerte) a Juan Badessich, suegro de Gianfranco Macri.

No es el único que está allí. También está Luis "Toto” Caputo, el ex ministro de Finanzas y ex titular del BCRA, quien suele viajar con su esposa y sus seis hijos. Él es el único funcionario y miembro del Gabinete nacional que es propietario de una cabaña dentro de Cumelén.

Pero no solo hay políticos, los empresarios hicieron de este , también su lugar de descanso. Alejandro Roviralta, del Laboratorio Andrómaco; Ignacio Blaquier, del sector agropecuario; y Pablo Roemmers, dueño del laboratorio farmacéutico y Luis Otero Monsegur, accionista de la citrícola San Miguel.

Carlos Miguens, ex dueño de Quilmes y quien, hace apenas una semana, compró el proyecto Calcatreu, en Río Negro, a través de la firma "Patagonia Gold”.

Cumelén fue creado y pensado como el refugio de la elite nacional. Exequiel Bustillo, que era miembro de la aristocracia porteña y fue el primer presidente de Parques Nacionales, fundó el lugar en la década del ‘30 y le imprimió sus propios códigos de clase.

Fue él también quien convenció a su hermano, el pintor y arquitecto Alejandro Bustillo (que diseñó el hotel Llao Llao), para que le imprimiera su impronta a las primeras construcciones del lugar, caracterizadas por aprovechar los materiales de la zona, algo innovador para la época.

En el predio, en el que hay canchas de fútbol, de tenis y de paddle y una pequeña cancha de golf de nueve hoyos, no hay supermercados ni proveedurías.