Macabro crimen en Rosario: detienen al asesino de 17 años cuando huía hacia Chaco
Rosario está fuera de control. Un menor de 17 años, con prontuario policial desde los 14, es el nuevo protagonista de un macabro y brutal crimen que genera bronca en todo el país.
Ayer, la policía de Santa Fé logró encontrar a Lucas Ezequiel Ojeda, el asesino de Juan Cruz Ibáñez, un estudiante de ingenieria de 23 años, promesa nacional, que había sido premiado por la NASA. A cinco días del homicidio, los efectivos interceptaron un omnibús ilegal en el kilómetro 100 de la autopista Rosario - Santa Fé con destino a Chaco y lograron capturar al prófugo.
La víctima se encontraba durmiendo cuando Ojeda se trepó a la ventana del 1ºB e ingresó al departamento. Según los forenses, el homicida lo atacó en la cama y Juan Cruz llegó a defenderse antes de morir a causa de las 20 puñaladas.
Pero allí no termina el relato macabro. La hora de falleciemiento aproximada fue a las 2 de la mañana y el asesino se fue del lugar a las 6. En el medio, se bañó, se puso ropa de Ibáñez y, con tiempo, metió en bolsas las computadoras, televisor, celulares, guitarra y demás cosas de valor. "Un loco de mierda", lo definió Martín, el hermano mayor de la víctima a Infobae.
Según el relato de los investigadores, bajó al estacionamiento, quiso salir con el auto del ingeniero y, al no saber manejarlo, lo terminó chocando. Subió a la planta baja y le tocó el timbre a una vecina para que le abra la puerta automática. La señora no respondió y luego llamó al 911 asustada. El adolescente no frenó, rompió el portero, salió y paró un taxi que circulaba por la calle Zeballos.
El taxista, quien fue clave para identificar al asesino luego de que se conociera la noticia, lo llevó a una villa cercana. Al bajar, no le pagó el viaje y huyó dentro del barrio
Al reconstruir lo sucedido con relatos, los investigadores lograron identificar al sospechoso y apresaron a la hermana y el cuñado para conocer el paradero. A las horas, fueron dejados en libertad por faltas de pruebas en su contra pero se pudo saber que el menor no vivía en un lugar fijo, hasta dormía en las vías del tren.
Desde los 14 años, Ojeda tiene ingresos en las comisarías. Robos, portación de armas de fuego y más delitos que cometió hasta el límite de asesinar a sangre fría a un joven inocente. ¿Nadie pudo prever que la situación de Ojeda iba a empeorar?