Tal como se analizó en las horas posteriores al 21 de febrero, la masiva marcha de Hugo Moyano no fue más que un acto homenaje al sindicalista más importantes de los últimos años. Arriba del escenario en el que habló para más de 100 mil personas, el jefe sindical mostró la impotencia de no tener mucho que decir de un Gobierno que, en general, avaló y fortaleció.

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Mientras el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, pasea por Europa a varios de sindicalistas del grupo de "Los Gordos” y la CGT diagrama una nueva conducción con Moyano y Barrionuevo afuera, la justicia federal argentina avanza contra la familia que lidera Camioneros. El martes, Claudio Bonadio, el magistrado que mejor interpreta el timing de la agenda del Gobierno, ordenó revisar los libros contables del sindicato de Camioneros.

Juan Carlos Schmid es el único representante del moyanismo en el triunvirato de mando. Desde la conducción, esperan una salida acordada con Héctor Daer y Carlos Acuña. Este miércoles habrá un encuentro clave para en el diseño de la nueva CGT y se desarrollará en la sede del Sindicato del Gas, cuyo anfitrión será Oscar Mangone, uno de los que más dialoga con Jorge Triaca.

En todos los Gobiernos, el moyanismo es condenado a ser oposición. Tarde o temprano, el clan del líder de Camionero, uno de los hombres más fuertes del país, reclama algo que cree que le pertenece: poder político acorde con su fuerza sindical. Eso provocó su ruptura con el kirchnerismo y amenazó al macrismo algunos años más tarde.