El vínculo entre Maradona y Coppola, un "matrimonio sin sexo" que marcó la vida del futbolista
"Prefiero no creerlo, pensar que es un sueño". Guillermo Coppola apenas logró expresar esas palabras al enterarse de la muerte de Diego Armando Maradona. El ex representante del Diez no pudo evitar quebrarse al hablar de su amigo.
Es que Coppola es una de las personas que más conocía al Pelusa. Desde que comenzó a ser su manager en 1985, pasaron juntos más de 15 años. Los más importantes de la carrera de Maradona, cuando tocó el cielo con las manos y se convirtió en el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos.
La primer condición de Diego para que Guillote lo representara fue que él fuera su único cliente. Allí comenzó una relación que superó cualquier vínculo estrechamente comercial. "Fuimos una pareja sin sexo, a pesar de que algunos partidos juntos jugamos eh", declaró hace poco tiempo Coppola.
Y aunque durante esos años en los que estuvieron unidos lograron decenas de éxitos, también atravesaron tormentas y polémicas que derivaron en su posterior divorcio.
Luego de ganar el Mundial y el scudetto, en 1990, Diego despidió a Coppola, que vivía con él en Nápoles y era acusado por la prensa italiana de ser una mala influencia. Durante esa temporada fue su primer doping positivo (por cocaína, mientras jugaba en Napoli), que le valieron 15 meses afuera de las canchas, en una suspensión que le impuso la Federación Italiana de fútbol. Sin embargo, el representante declaró que durante esos años no se separó de Diego.
"Nosotros vivíamos al revés. Íbamos a los restaurantes cuando cerraban, a comprar pizza cuando en el negocio no había nadie", contó Coppola sobre sus años juntos.
En el '95, durante las primeras incursiones de Diego como director técnico, el vínculo se recompuso. Coppola fue uno de los responsables de la gloriosa vuelta de Maradona al fútbol profesional y quien gestó el regreso a Boca, club de sus amores.
Sin embargo, esta experiencia no fue como Diego imaginaba. "Había mucho control, se sentía muy ahogado", explicó Guillote.
En enero de 2000 vivieron la experiencia más fuerte de su matrimonio. Maradona debió ser internado de urgencia en el Sanatorio Cantegrill de Punta del Este. Aunque Coppola aseguró que Diego sufría de hipertensión, fueron encontrados restos de cocaína en el análisis de sangre.
El siguiente paso en sus vidas fue la rehabilitación en Cuba. "Lo acompañé en los días de gloria y entendí que en ese período tenía que estar también", explicó el representante.
Estuvieron 10 años sin hablarse desde que Diego le envió una carta documento acusándolo de haberle robado dinero. "Coppola es vivísimo. Fuma debajo del agua", describió Pelusa en ese entonces, cuando evidenció los vaivenes que tuvo la relación. El reencuentro ocurrió cuando a Maradona lo atravesó otra tragedia, la muerte de su padre en 2015.
Maradona llevó a Coppola a conocer a algunas de las personalidades más importantes del mundo. El príncipe Carlos de Inglaterra, Fidel Castro, el Papa Juan Pablo II, y artistas como Rod Stewart o Elton John, entre otros. Incluso el ex dictador libio Muamar Gadafi se reunió con ellos en una cena por la que tuvo que pagar miles de dólares.
El último encuentro entre ambos fue antes de la pandemia, cuando vieron juntos un partido de Gimnasia. "Entramos y salimos de la cancha de la mano. Fue una hora a pura risa, llantos, anécdotas", recordó Coppola.
"Quiero recordarlo alegre y feliz" fueron las palabras con las que se despidió el representante, compañero y amigo de Maradona.