El Sanatorio de Niños de la ciudad santafesina de Rosario lanzó recientemente un novedoso programa para que los pacientes que se encuentran internados y que deben atravesar tratamientos complejos, como la quimioterapia, puedan ser visitados por sus mascotas. En este marco, Nicolás Fortuna, un chico de 7 años que tuvo cáncer y recayó, y su perra salchicha, Nikita, protagonizaron el primero de lo que promete ser una emotiva serie de encuentros entre los pequeños hospitalizados y sus amigos de cuatro patas.

Tras la visita, que mejoró el estado de ánimo del niño, su mamá, Pamela, detalló en declaraciones al diario local La Capital que se enteró de la iniciativa a través de una amiga que había leído una nota en ese medio y precisó: "Desde el miércoles, Nico casi no hablaba. Está atravesando un momento difícil a nivel emocional después de cuatro años de tratamientos durísimos a causa de un neuroblastoma y, lógicamente, se enoja". 

"Entonces les pedí a los médicos si podíamos traer a Nikita para que lo acompañe. Todos se manejaron con mucha rapidez y entusiasmo, los veterinarios evaluaron a la perrita, las doctoras de Nico supervisaron la situación y el viernes se reencontraron. A partir de ese momento, el ánimo de mi hijo cambió totalmente", destacó.

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Asimismo, aseguró que la mascota "sabe todo" y agregó: "Cuando mi hijo está internado ella se queda hecha un bollito, en el sillón. Es su manera de esperarlo. Así que el viernes fue un día muy importante. Salió todo tan perfecto que pudo volver el sábado". 

"Para Nico fue una alegría inmensa. Cuando la vio entrar a la habitación se le llenaron los ojos de lágrimas, sonreía, y después de que la perrita se fue empezó a contarle a la médica un montón de cosas sobre su perra, empezó a hablar, a tener energía de nuevo", afirmó la madre del niño, que junto a su familia comparten su día a día en la cuenta de Instagram @todosxnico2022.

En el mismo sentido, la mujer señaló en conversación con TN que "el Sanatorio realmente se interesó, las enfermeras, su oncólogo Andrés Schifino, todos estaban preocupados, porque lo veían diferente, triste", y puntualizó: "Estaba esta iniciativa que todavía está por encaminarse en realidad. El jueves vino la cirujana a comentarnos que si queríamos Nikita podía ingresar el viernes, pero bajo algunos protocolos".

Esto implicó la revisión de veterinarios "que se pusieron a disposición", como así también la evaluación de su temperamento y "si tenía todas las vacunas, si estaba en condiciones de ingresar, porque él es un paciente oncológico", apuntó Pamela en alusión a que por la quimioterapia, por la que debe quedar internado cada 20 días, "le bajan las defensas". 

"El viernes hicimos todo rápido y la verdad que el sanatorio se portó excelente, estaban todos a la expectativa de que ella estuviese cómoda también, y él no sabía nada, Nico no sabía nada. Cuando ingresó el viernes, Nicolás totalmente fue otro nene. Empezó a comer, empezó a hablar, ella pudo ir el sábado también", añadió la madre respecto al encuentro entre el animal y el pequeño, quien regresó a su casa el domingo.

"Esta iniciativa nos pareció hermosa", insistió Pamela, quien destacó el papel de la cirujana Inés Sueiras, "una de las que inició esto junto al sanatorio", y aseguró: "Realmente nos ayudó mucho como familia, veníamos bastante mal por unas cuestiones legales que tenemos con nuestra obra social y la verdad que nos animó a los cuatro, porque está Pedro (su otro hijo), no está ahora, pero veníamos tristes los cuatro".

En sintonía, el papá del niño, Luciano, subrayó ante el mismo medio que antes de la visita de la perra "estaba muy caído y esos 40 minutos que fue, fue como una revitalización" y sentenció: "Ya en el último tramo de la quimio estaba re contento, así que estamos agradecidos a esta oportunidad". Por su parte, Nicolás reveló, en cuanto al comportamiento de su pequeña amiga en la sala del sanatorio, que "salta y se sube a la cama sola".