Destituyeron a un juez por acoso sexual a una funcionaria
Sebastián Villegas también es acusado de maltrato. La medida se resolvió mediante un jury de enjuiciamiento que decidió por unanimidad expulsarlo del cargo.
El tribunal estuvo integrado por los jueces del Tribunal Superior de Justicia Evaldo Moya, Alfredo Elosú Larumbe y Germán Busamia, la diputada María Laura Du Plessis (Movimiento Popular Neuquino) y su par Sergio Fernández Novoa (Frente de Todos), y los abogados Nicolás Lupetrone y Simón Julio César Hadad.
El magistrado fue acusado por mal desempeño en sus funciones y de esa manera es la primera vez en el Poder Judical de esa provincia que se destituye a un juez.
En este proceso de carácter político lo que se trata de establecer es si los hechos existieron y si fue así qué tipo de castigo debe imponerse al denunciado.
En ese sentido se manejan dos sanciones: una suspensión o la remoción del cargo.
Villegas había jurado como magistrado el 7 de junio de 2016 y actualmente se desempeñaba como juez civil de Rincón de los Sauces.
La fiscalía le reprochó haber tenido un trato inadecuado con quien cumplía el rol de prosecretaria, María Soledad Garayo, entre 2017 y 2019.
En ese sentido, presentó una serie de episodios vinculados al hecho, como que Villegas le preguntaba si tenía novio, si le gustaba alguien del juzgado, hacía comentarios acerca de que ella practicaba "pole dance" (baile del caño) y la ropa que usaba.
Cuando la denunciante puso un límite, la relación cambió y comenzaron las descalificaciones, lo que generó un deterioro marcado de su salud física y emocional.
Moya, presidente del jurado y autor del voto al que adhirió el resto, remarcó que estaba probado el acoso laboral ejercido por el magistrado que constó de dos etapas: la de "seducción" y la de "represalias u hostigamiento".
Otra de las pruebas que se presentaron fue un hecho en particular cuando Villegas esperó a Garayo a la salida del juzgado, le dijo que la iba a llevar al hotel en el que se hospedaba en su auto y en el camino cambió el recorrido y la trasladó hacia el cerro "La Cruz", sin su consentimiento.
"No es decisiva la ausencia de testigos presenciales, en tanto el hecho puede ser reconstruido a partir de diversos elementos probatorios, como ocurre en el caso", aseguró Moya.
Además, añadió: "Cabe recordar que en este tipo de hechos donde el acosador busca arteramente el momento indicado para hostigar a su víctima, el accionar desplegado no suele llevarse a cabo a la vista de todos, por el contrario `las sombras` suelen ser su arena".
En el fallo también destacó la relación de desigualdad entre ambos: él era la máxima autoridad del juzgado y ella una funcionaria recién ingresada al Poder Judicial.
"La visión a través de estereotipos sexuales que cosifican a las mujeres y que suponen que a ellas, por ejemplo, les gustan los piropos o que se halague su cuerpo, subyacen en los comentarios que realizó el magistrado frente a otra funcionaria, en cuanto a la imagen, vestimenta y físico" de Garayo, precisó Moya.
Además, agregó: "También señalaron que solía referirse en términos despectivos hacia el personal, remarcando que eran todos `vagos` o `burros`, generando de esa forma malestar en el grupo.
Creo que podemos coincidir en que, de un juez que conduce un grupo humano, se espera, como mínimo, que sea respetuoso con su equipo de trabajo".
En aquella oportunidad, Villegas tenía bajo su responsabilidad el fuero de Familia, donde tramitan las denuncias por violencia de género, recordó el diario Río Negro.
En ese sentido, Moya planteó que "debió cumplir una función transformadora de los valores patriarcales, mediante declaraciones y acciones inequívocas de condena de la violencia contra la mujer".
"Ha quedado en evidencia que la conducta del Dr. Villegas se encuentra en las antípodas de este modelo de juez", completó.
Ahora, la defensa del magistrado puede apelar la sentencia ante la sala penal del Tribunal Superior de Justicia.
El último funcionario judicial en ser expulsado fue el ex fiscal de Chos Malal Ricardo Videla, por su intervención en las denuncias previas al doble femicidio de Carina y Valentina Apablaza, en Las Ovejas.