Los tribunales argentinos recibieron la primera demanda pública contra AstraZeneca, que semanas atrás reconoció frente a la Justicia británica que su vacuna contra el Covid-19 puede causar efectos secundarios poco comunes. Se trata de una cordobesa de 39 años, quien demandó por daños y perjuicios al laboratorio internacional y al Estado nacional, y reclama un monto millonario de indemnización

La mujer se aplicó en enero de 2022 la tercera dosis de la inmunización fabricada por dicha compañía, y tiempo después fue diagnosticada con síndrome de Guillain-Barré con cuadriparesia, un trastorno que afecta el sistema inmunitario del organismo, ataca los nervios y puede provocar la paralización de todo el cuerpo, lo que lo impidió seguir trabajando. 

A pesar de que se dio a conocer en las últimas horas, el reclamo comenzó semanas atrás, cuando Flavia Ochoa, oriunda de Coronel Moldes, en el sur de la provincia de Córdoba, inició el trámite ante el ministerio de Salud.  Ante la falta de respuestas, el caso llegó a los tribunales federales de Río Cuarto, donde además se busca la declaración de inconstitucionalidad de uno de los artículos que de la Ley de Vacunas contra el Covid-19. 

"Cuando llegué a la consulta me dijeron que era por la vacuna, pero que una reacción alérgica que iba a durar dos días, me pusieron un antialérgico y un desinflamatorio porque me quejaba de que me dolía mucho y después, como veían que no mejoraba me derivaron a Río Cuarto, donde me empezaron a hacer un montón de estudios y se dieron cuenta de que era algo grave", precisó Ochoa en diálogo con Radio Continental. "No puedo trabajar más", agregó al relatar que camina pocos pasos con andador y depende de otros para su día a día.

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"Acá hubo un daño a la fe pública y al sistema de salud en general provocado por AstraZeneca", sostuvo el abogado defensor, Pablo Roca, quien agregó que la demanda es "por un aproximado de $100 millones porque se trata de reparación" que se exige al "Gobierno nacional en su condición de garante y AstraZeneca como laboratorio". 

Los resarcimientos que se reclaman son: $7,4 millones por incapacidad sobreviniente; $25,3 millones por fondo de reparación Ley 27.573; $9,3 millones por proyecto de vida-pérdida de chance; $7,5 millones por daño moral; $1,5 millones por daño moral de la pareja; $49,5 millones por daño punitivo y $180.000 por daño emergente.

La demanda especifica que, producto de la vacunación el 4 de enero de 2022, a las 11:30, el mismo día, ocho horas después se iniciaron síntomas de los presuntos efectos colaterales en la víctima: "Comencé con calambres fuertes, se me aflojaban las piernas, luego me tuve que acostar temprano por los fuertes dolores que padecía, al otro día no pude ponerme de pie, me caí en peso muerto, tuvo que levantarme mi pareja". 

"Consultando a mi médico de cabecera, la doctora me dijo que podía ser un efecto adverso de la vacuna que me había inoculado, pues cuando acudí al hospital de mi pueblo (Coronel Moldes) me confirmaron que se trataba de una reacción a la vacuna", agrega el escrito presentado a la Justicia. 

En abril pasado, AstraZeneca admitió los efectos secundarios de su vacuna contra el Covid-19 ante un tribunal británico, al reconocer la posibilidad de que quienes se aplicaron la inmunización elaborada en colaboración con la universidad de Oxford padezcan ciertas patologías.

Estas declaraciones surgieron en el contexto de una demanda colectiva en el Reino Unido, donde se alega que la vacuna, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford, causó lesiones graves en algunos casos, entre ellos el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS).

No obstante, a pesar de que AstraZeneca asegura no realizar comentarios sobre litigios en curso, desde el laboratorio habrían indicado a un medio local -tras conocerse el caso judicializado en Argentina- que "pruebas obtenidas en ensayos clínicos y datos del mundo real, se ha demostrado continuamente que la vacuna AstraZeneca-Oxford tiene un perfil de seguridad aceptable y los reguladores afirman sistemáticamente que los beneficios de la vacunación superan los riesgos de posibles efectos secundarios extremadamente raros".