"Cerrado hasta nuevo aviso". Ese lema de clausura se replica en el barco de Puerto Madero, en el Trilenium de Tigre, en el Casino de Mar del Plata y en las más de 500 salas de juegos y bingos que hay en Argentina. El país registra un total de 70.419 máquinas tragamonedas. La cuarentena representa un momento histórico para la industria del juego: es la primera vez que los salones del juegos de azar permanecen permanecen tanto tiempo sin abrir sus puertas al público.

La pregunta, por ende, es central: ¿cómo transitará la pandemia esta industria que, detrás de las luces y ruidos de las clásicas maquinitas, recauda millones (tanto para los empresarios como para el Estado) y a su vez, deja cientos de adictos?

Hasta la cuarentena, los bingos y casinos no conocían de feriados, mucho menos de horarios de cierre o descanso durante el fin de semana. Funcionaban las 24 horas, los siete a la semana, en casi los 365 días del año. Hoy, en cambio, pensar en la reapertura de casinos y bingos parecería ser casi imposible. Las propias características del lugar -poca luz, sin ventanas y una extraordinaria concentración de personas- son un excelente caldo de cultivo para la expansión del COVID-19.

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Las autoridades provinciales lo saben. Por eso, no anticipan una fecha de vuelta. "Son lugares cerrados, donde circula mucha gente. No pensamos en una reapertura temprana", deslizaron desde la Casa de Gobierno porteña, en Parque Patricios.

Cabe destacar que cada región tiene la autoridad para la regulación del juego, con una (leve) participación de Lotería Nacional.

Presiones y reclamos

Un casino cerrado implica también menos ganancia para la banca. Ante ese panorama, los empresarios -¿quedarán algunos incluidos en el tan mencionado impuesto a la riqueza?- empezaron a diagramar alternativas para paliar las persianas bajas.

Una de ellas es lograr que los Gobiernos provinciales disminuyan la alicouta que les retienen. En algunos casos, se tributa hasta el 41% de las ganancias anuales, que suelen ascender a una cifra cercana a los 6 mil millones de pesos. Pero teniendo en cuenta que la casa siempre gana, el Estado también se lleva su parte. Por eso, no son pocos los funcionarios que están en alerta ante ese faltante en la recaudación pública.

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Y las presiones no terminan en las cámaras empresarias de la industria. En los últimos días, el Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (Aleara) envió un comunicado en el que aseguró que, en conjunto con las empresas del sector, presentarán un protocolo a las autoridades nacionales, provinciales y porteñas para que les permitan la reapertura de las salas. Según el gremio, a nivel nacional, el juego de azar emplea a más de 250.000 personas.

"Nuestra actividad está preparada para volver a funcionar con las medidas de prevención necesarias, y por eso vamos a presentar este protocolo, que contendrá diversos tipos de controles, limitaciones en cuanto a la cantidad de apostadores, profundización de la higiene de los locales y del personal e incluso cambios en la forma de apostar", explicó Ariel Fassione, secretario Gremial de Aleara.

Quinielas habilitadas

Así, con las fichas desplazadas sobre el paño, el Gobierno porteño decidió habilitar -en esta última flexibilización- las agencias de loterías de la Ciudad: la quiniela será el único juego habilitado. En total, existen 1.264 agencias licenciadas por el gobierno de Larreta.

Tanto Kicillof como Rodríguez Larreta habilitaron las agencias de quiniela.

En territorio de Axel Kicillof, por su parte, el Instituto Provincial de Lotería y Casinos habilitó a las agencias de quiniela, bajo un estricto protocolo de sanidad. Por ejemplo, los clientes deberán respetar una distancia de tres metros.

Los bingos, casinos y hasta el turf, por ahora, aguardan su turno.

Juego online

La pandemia también abre otro interrogante: ¿qué pasa con el juego online en Argentina? El año pasado, la Provincia -bajo la gestión de María Eugenia Vidal- había avanzado varios casilleros para reglamentar esta modalidad que, hoy en día, es ilegal en suelo bonaerense.

La cuenta que había realizado el por entonces ministro de Hacienda de Buenos Aires -y posterior de la Nación- Hernán Lacunza era que, al "legalizar" esta modalidad, la Provincia podría recaudar hasta 2.500 millones de dólares. La licitación fue lanzada tras la derrota oficialista en las PASO y se esperaba una sanción antes del cambio de mandato. Pero octubre llegó, los papeles quedaron guardados y ahora la luz verde debe partir desde el gobernador del Frente de Todos, aún indeciso en lo que respecta a dicha habilitación.

Los mismos empresarios que operan en la Provincia aparecen en la licitación del juego online
online

En el libro El Poder del juego (Aguilar, 2014), los periodistas Ramón Indart y Federico Poore indagan sobre los verdaderos dueños detrás de los slots y las ruletas. Allí se distinguen, por solo nombrar a algunos, Cristobal López -con los casinos de Palermo y Puerto Madero-, Daniel Mautone (del círculo íntimo de Daniel Angelici, con bingos en Buenos Aires, Mendoza y Córdoba) y Antonio Tabanelli, en Tigre y Mar del Plata. También aparece el marido de Valeria Mazza, Alejandro Gravier, con la administración del Bingo Pilar .

Casualidad o no, todos ellos figuran, también, en la licitación que permitiría desembarcar el juego online en la provincia.

¿Y los jugadores adictos?

Más allá del tire y afloje sobre la apertura (o no) de los casinos, esta pandemia también permite visualizar la situación de la ludopatía. Débora Blanca, directora de Lazos de Juego y psicóloga especialista en la temática, asegura que el aislamiento social obligatorio puede ser positivo para aquellas personas en tratamiento de su adicción, pero "muy negativos para quienes aún no iniciaron ese proceso".

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"Los que no están en tratamiento la están pasando muy mal. Lo que produce el juego en el adicto es una sensación de descarga. Es el único momento en que no sufre. Por eso, con los casinos cerrados, la ansiedad y la depresión se profundiza y existe una menor conexión con el entorno", reflexiona Blanca.

Según datos de la Red de Asistencia al juego compulsivo de la Provincia, dos personas por día piden ayuda para salir de la adicción al juego. Según las estadísticas del centro, que depende de la Lotería de la Provincia, el 53% del total de los llamados en busca de apoyo, provienen de hombres.

Señales de alerta

Además, para la especialista, la diferencia entre la ludopatía y otras adicciones es la dificultad para que el entorno distinga los indicios de la enfermedad. "Hay un no-cuerpo con el juego", explica y aclara que "con el alcoholismo, por ejemplo, la persona suele volver borracha, con ojos rojos, tambaleando. Lo mismo se podría distinguir con el adicto al tabaco o a la cocaína". "Para distinguir un ludópata suele llevar más tiempo. Los efectos en el físico son a largo plazo, suele tardar más tiempo", completa la psicóloga.

Vaivenes con el dinero, ausencia prolongada, cambios abruptos de trabajo, dificultad para ser rastreado, son algunas de señales de alerta que podrían empezar a distinguirse en un ludópata, según precisó Blanca. "El trabajo de la familia o el entorno es fundamental, suele pasar que al principio, son ellos que deciden pedir ayuda y luego viene la voluntad del paciente", señaló. Asimismo, agregó que, durante el tratamiento, "el trabajo es con la persona que intenta recuperarse y también con la familia".

Por último Blanca - autora de tres libros sobre la problemática del juego- advierte que la legalización o no del juego online, también afecta a la adicción. "Es importante saber que cada bingo, casino o sala de apuestas legal debe contar con un centro de asistencia para los adictos. También en estos espacios de acompañamiento de juego responsable, debe estar el principio de autoexclusión: la propia persona le pide al bingo o a la página virtual que no lo deje jugar", completó.