Una de las apuestas más grandes que realizó Jorge Sampaoli en el debut de la Selección Argentina ante Islandia fue la inclusión de Lucas Biglia en el mediocampo, para acompañar a Javier Mascherano.

En los últimos años, principalmente desde el Mundial 2014, en el que tuvo un muy buen rendimiento, el jugador del Milán supo ganarse la confianza de todos los DTs que sucedieron a Alejandro Sabella. Y fueron varios.

Sampaoli también integra este grupo ya que no dudo en "bancar" al mediocampista surgido en Argentinos Juniors, incluso después de la dura lesión sufrida el 21 de abril pasado, en la que se fracturó dos vértebras lumbares.

Automáticamente, el volante aseguró que iba a llegar en plena forma y el DT confió ciegamente, lo mantuvo entre los 23 convocados a Rusia y hasta le aseguró un lugar entre los 11 titulares frente a Islandia.

A priori, y en función de las sabidas características defensivas de Islandia, un volante más ofensivo (Giovani Lo Celso tenía todos los números) habría sido más funcional para romper la doble línea de cinco que proponían los gigantes del norte.

UN PROBLEMA SIN SOLUCIÓN

Desde hace varios meses, se sabe que la mitad de la cancha es la zona que más dolores de cabeza le trajo, y la trae, al entrenador argentino. Su dupla preferida (Biglia-Banega) nunca terminó de funcionar, entre flojos rendimientos y lesiones varias.

Entonces, Sampaoli decidió devolverle la 5 a Javier Mascherano, jugador emblema de Argentina en los últimos tiempos, pero de poquísimo rodaje en esa posición desde el Mundial de Brasil.

En ningún momento del partido pareció que Mascherano necesitaba a  Biglia a su lado.

Devenido en central (suplente) en el Barcelona, el Jefecito decidió buscar rodaje en el fútbol chino, donde retornó al mediocampo. Fue con esa escasa competencia encima que debutó el sábado ante Islandia y, para ser justos, fue uno de los mejores jugadores argentinos, junto a Nicolás Otamendi.

El problema radicó en que en ningún momento pareció que necesitaba a Lucas Biglia a su lado. Más allá de algunas jugadas concretas, con el equipo volcado en ataque, Mascherano desarticuló casi todas las contras que intentaron los islandeses.

Entonces, ¿por qué jugó Biglia? "Nosotros pensamos que los jugadores que más contacto tienen con la pelota deben poseer cierta capacidad de organización y darnos la posibilidad de filtrar pelotas entre líneas. Hicimos unas cuantas pruebas y nos dimos cuenta de que tanto Biglia como Mascherano tienen esas condiciones", explicó Sampaoli, en la previa del debut.

Si lo que buscaba era alguien que metiese pases entre líneas, claramente Biglia no fue la respuesta. En muchos pasajes del partido se lo vio perdido, incluso por delante de la línea que ocupaba Lionel Messi en la cancha. La mayoría de sus pases fueron hacia el costado, intrascendentes, sin generar absolutamente nada. Es decir, no le aportó marca al equipo porque Mascherano se encargó de esa función, pero tampoco pudo asociarse con Messi en la generación de juego.

Si lo que Sampaoli buscaba era alguien que filtrara pases entre líneas, claramente Biglia no fue la respuesta.

La férrea defensa de Islandia pedía otra velocidad de juego en ataque para poder sorprenderla. Por el contrario, los pases argentinos, de una punta a la otra de la cancha, fueron lentos, sin sorpresa y con la única premisa, en buena parte del encuentro, de dársela a Leo Messi, sin importar si tenía dos o tres defensores encima.

Quizás en este aspecto se le deba machacar más a Sampaoli que a Biglia. El DT fue el que debió haber leído que el partido exigía otro jugador al lado de Mascherano.

A los 55 minutos del partido con Islandia, Sampaoli reconoció que el volante debía ser reemplazado. En su lugar entró Ever Banega, quien no aportó grandes variantes, pero al menos fue un poco más vertical. ¿Habría sido diferente si el que entraba era Lo Celso? Es posible, aunque contrafáctico.

El único que pareció entender que la manera de quebrar el muro islandes era encarando hacia adelante fue Cristian Pavón, quien en un puñado de minutos en cancha le generó más complicaciones a la defensa que la mayoría de los jugadores argentinos.

Para cerrar, y retomando la “cuestión Biglia”, habrá que ver si Sampaoli continúa confiando en uno de sus jugadores preferidos, o si, por el contrario, apuesta por una versión más ofensiva. ¿Se animará con Lo Celso? ¿Jugará Banega? ¿Tendrá Enzo Pérez su oportunidad? El jueves ante Croacia lo sabremos.