Ariel Lijo decidió hoy prorrogar por otros diez días el secreto de sumario que hay en las causas que involucran a Amado Boudou: la pata financiera del caso Ciccone, la renegociación de deuda de la provincia de Formosa y el supuesto enriquecimiento ilícito del ex vicepresidente, expediente que salpica también a Agustina Kämpfer.

La decisión del juez (apuntado recientemente por un sector del oficialismo) choca con la intención de Boudou de salir lo más rápido posible de la cárcel de Ezeiza. Tanto el fiscal Jorge di Lello como la Cámara Federal le marcaron a Lijo que considere "medidas cautelares menos lesivas” que la detención en una cárcel, como pueden ser una prisión domiciliaria o la utilización de una tobillera electrónica, al mejor estilo Lagomarsino.

El juez le puso un nuevo freno a la intención de Boudou de salir de la cárcel

El problema es que mientras siga el secreto de sumario, los jueces de la Cámara ya dijeron que no podía otorgársele ninguna de esas posibilidades. La medida seguirá vigente hasta el 19 de diciembre. En ese momento, Amado cumplirá 45 días detenido.

La otra mala noticia que recibió Boudou es que no le aceptaron su pedido de ser querellante (o sea, ser parte del proceso) en la causa que se abrió por la difusión de las fotos y videos de su detención. "Era un trofeo de caza, un elefante para mandar a los diarios”, dijo Amado cuando le tocó ir a pedir su excarcelación.

El 11 de diciembre el ex vicepresidente tendrá que hacer una visita obligada a Comodoro Py. Lo espera el juez Sebastián Ramos para que cuente como testigo lo que sucedió esa mañana que lo detuvieron y también tendrá que pasar a verlo a Lijo,por motivos menos agradables aún. Está citado a indagatoria por rendir viáticos con facturas truchas.