El Gobierno anunció este martes que a partir del 1° de enero de 2025 se abandonará por completo el sistema manuscrito de recetas para pasar al digital. La medida fue publicada en el Boletín Oficial y reafirma el fin del plazo de 180 días para la adecuación, establecido en la Ley N° 27.553, sancionada en julio.

De esta forma, desde el ministerio de Salud, a cargo de Mario Lugones se pretende que el circuito sea completamente electrónico, sin la posibilidad de prórrogas. En principio solo habría dos excepciones, las recetas todavía emitidas con fecha en 2024 y las de que se correspondan con zonas de poca conectividad o difícil acceso.

En el primer artículo del Boletín se establece que "los repositorios de recetas electrónicas o digitales deberán permitir el acceso a las recetas que almacenen por parte de cualquier farmacia del territorio nacional, habilitada por la autoridad sanitaria competente, donde el paciente requiera su dispensa".

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Además los "repositorios de recetas electrónicas o digitales tendrán que permitir que todas las plataformas y/o sistemas de prescripción puedan almacenar las recetas que emitan dentro de su repositorio, sujeto a la cobertura del paciente".

Hasta el momento, solo 11 provincias se adhirieron a la disposición de Nación: Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Tierra del Fuego, Tucumán. Por su parte, provincia y Ciudad de Buenos Aires, Chubut y La Rioja cuentan con su propia legislación de receta electrónica mientras que Río Negro y Santa Fe tienen proyectos de ley en curso. 

La modificación en la regulación se detalló en la Ley N° 27.553 de Recetas Electrónicas, sancionada en julio de este 2024. Allí se estipuló la creación de nuevos protocolos, técnicos y administrativos para el funcionamiento del sistema. Desde aquel momento se dio un plazo de 180 días, que finalizará el 31 de diciembre, para la readecuación de las plataformas inscritas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS).

Uno de los objetivos se vincula con la seguridad, en pos de evitar posibles manipulaciones de la receta clásica manuscrita, además de facilitar su lectura. También se busca mejorar la trazabilidad, para que quede registrada la información de cada uno de los pasos desde el momento en que la receta fue prescripta.