En el primer tiempo, Islandia entró mejor a la cancha. El equipo europeo cedió la tenencia de la pelota al rival pero fue el que tuvo las dos más claras. A los 41’, a través de un centro cruzado, Finnbogason conectó a medias y casi abre la cuenta. Pero la pelota se fue caminando por el costado del lado izquierdo. De haber entrado, las posibilidades argentinas se hubiesen reducido considerablemente, ya que Croacia e Islandia se habrían enfrentado en la última fecha con la posibilidad de un empate que los clasificara a ambos a la segunda fase.

Pero la segunda parte fue toda de los africanos. Nigeria desplegó su potencia ofensiva integrada por jugadores como Ahmed Musa, Etebo, Iheanacho y Victor Moses, todos coordinados bajo el juego de Obi Mikel. El resultado fueron dos golazos: primero, Musa recibió un centro bajo y definió con potencia al arco rival. La apertura del marcador obligó a los islandeses a hacer algo a lo que no están acostumbrados: salir a buscar un partido. Ante esa demanda, el equipo europeo desnudó que detrás de su orden existe una poca creatividad ofensiva, incapaz de romper líneas.

Con la defensa europea abierta, Musa aprovechó su velocidad para dibujar un contragolpe letal y realizó un ataque de izquierda a derecha que dejó mal parados a todos los defensores rivales, definiendo casi exactamente al mismo lugar que en el primer tanto.

Argentina deberá ganar y esperar que Islandia no gane ante Croacia (si lo hace, en caso, entre más abultada sea una potencial victoria de la Selección, mayores serán las chances de pasar). Nigeria, por su parte, se conformaría con un empate para pasar a la siguiente fase, por lo que es probable que no salgan a buscar el partido (a pesar de que la gran falencia de los equipos africanos sucede cuando intentan defenderse). El grupo está abierto: tres equipos se disputan un lugar mientras Croacia ya está en la siguiente fase.