Un banderazo improvisado y la locura por conseguir una entrada
Enviado especial
Nizhny Nóvgorod. Así se llama la antigua ciudad imperial que alojará entre hoy y mañana a miles de argentinos que llegarán en su mayoría desde Moscú. Cuatro horas en tren para arribar al nuevo lugar que alojará a Messi y compañía para intentar cambiar la imagen, conseguir un triunfo y obtener un poco de aire en un grupo muy apretado.
La misión futbolística que tiene Sampaoli de hacer jugar bien al equipo es tan difícil como conseguir una entrada para aquellos turistas argentinos que llegaron sin tickets para, a priori, el partido más apasionante que tendrá el grupo que la albiceleste comparte con Islandia y Nigeria.
"¿Muchachos, entradas para mañana?", me frenó un cordobés en medio de la plaza roja. "No tengo idea", le respondí con total sinceridad. Así, durante todo el día en Moscú. Es más: sobran las entradas para el tercer partido ante Nigeria en San Petersburgo, pero escasean para el duelo del jueves.
La mayoría de los argentinos prefirió salir el mismo día del partido bien temprano.
Incluso, hay quienes sacaron trenes directos a Nizhny sin la entrada en la mano y a jugarse una chance fortuita de conseguir una reventa en las afueras del estadio (no bajan de 700, 800 dólares) y poder ver a un conjunto argentino que no encuentra respuestas de la línea de cal para adentro, pero que sí genera esperanzas frente a las derrotas y empates de los máximos candidatos a llevarse la Copa del Mundo (Alemania y Brasil).
La mayoría de los argentinos prefirió salir el mismo día del partido bien temprano para llegar cerca del mediodía a la ciudad imperial y luego regresar por la madrugada a Moscú. También están los que (como es mi caso) prefirieron salir un día antes, pasar la noche en Nizhny y regresar a la mañana siguiente del encuentro que revelará las chances de la Argentina para intentar clasificar a octavos de final.
Ayer por la tarde, un nuevo banderazo dejó sin voz a miles de argentinos en pleno centro. Las banderas de diferentes equipos con símbolos argentinos reflejaban el lugar de encuentro para aquellos hinchas que pasaran por el lugar y se sumaran al aliento que más se hace sentir a Moscú. Un pequeño grupo de brasileños en frente hizo que se desarrollara un espectacular duelo de hinchadas. Cargadas de un lado y del otro. Maradona, Pelé y el recordado siete a uno en el Mundial de Brasil.
El día que jugaba Rusia, al menos por una horas, quedó acaparado en esa zona por miles de argentinos que hacían frenar a turistas de todo el mundo para que filmaran y sacaran fotos para llevarse de recuerdo. Una fiesta albiceleste en pleno Moscú.
Sobran las entradas para el tercer partido ante Nigeria en San Petersburgo.
Otro enorme grupo con bengalas en mano y que, por momentos, alarmó a la policía rusa fueron los hinchas de Marruecos, quienes se juntaron a unas cuadras del banderazo argentino y también dieron la nota en las calles de la hermosa ciudad rusa.
El hincha argentino vive a flor de piel el mundial y mantiene la esperanza de seguir recorriendo ciudades y avanzar en el campeonato, mientras la preocupación por estas horas pasa por otro lado: obtener una entrada para el partido ante Croacia.