Reforma fallida, fuerte represión y rebelión de Carrió: frena Macri el DNU a último momento
La jornada del peor jueves para Cambiemos ameneció con el Congreso de la Nación completamente vallado y militarizado ante la sesión de la Cámara de Diputados para tratar la Reforma Previsional.
En medio de un clima de tensión provocado por represión en las calles y diputados agredidos en la enfermería, Elisa Carrió le pidió "levantar la sesión" al presidente de la Cámara, Emilio Monzó, quien minutos antes había cruzado insultos e intentos de golpes con Leopoldo Moreau. Y Monzó accedió.
Sin embargo, mientras la oposición festejaba como un triunfo una simple postergación, la represión continuaba en las calles y Carrió le bajaba línea también a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pidiéndole "parar", ya que "no eran necesarios tantos gendarmes".
Y mientras bajaba el sol, la tensión subía, el diputado Horacio Pietragalla recibía dos ataques de gas pimienta de parte de Gendarmería y, cuando todos preveían la calma, la jornada retomaba el peor clima de la sesión al conocerse una reunión de emergencia de gabinete en Casa Rosada.
Mauricio Macri, Marcos Peña y Nicolás Dujovne llamaron a reunión de inmediato al resto de los ministros para elevar a ley la reforma previsional a través de un Decreto por Necesidad y Urgencia (DNU), rompiendo con las declaraciones del jefe de Gabinete, que, horas antes, había pedido tratar la reforma de manera democrática y plantear las inconformidades a través del debate.
Pero las peores noticias llegaron a Casa Rosada cuando reapareció Carrió en escena: a través de su cuenta personal de Twitter, la diputada que pertenece al bloque de Cambiemos se opuso al decreto por "violar la Constitución".
"Carrió y la Coalicion Cívica juraron respetar la Constitución Nacional y no la van a violar bajo ningún concepto. Un DNU violaría gravemente la Constitución Nacional", disparó sin dobles miradas, dejando incrédulos tanto a oficialistas como opositores.
A su vez, la Confederación General del Trabajo (CGT) hizo su -tardía- aparición rechazando la reforma, condenando la represión en las calles y advirtiendo con un paro general para el viernes, si es que el DNU tomaba curso.
"Lo que resolvimos es que cuando estemos en conocimiento de que hay un decreto de esta naturaleza automáticamente vamos a activar la medida de fuerza", amenazó Juan Carlos Schmit.
Finalmente, el Gobierno reculó y, con las firmas de todos los ministros sobre el pie del documento, el DNU se enfrió. La reforma previsional sigue en la agenda de la Cámara de Diputados, de la Casa Rosada, de las organizaciones sociales y, principalmente, de quienes serán alcanzados por la misma.