Llega fin de año, comienzan los balances, el momento de ver hacia atrás y tratar de descifrar qué demonios pasó desde enero hasta este momento. YouTube también hace lo mismo y año a año nos da un video que celebra a los artistas y contenidos que más le dieron de comer a la plataforma. En ediciones anteriores se ha celebrado el Gangnam Style, Despacito, el “Ice Bucket Challenge”, entre muchas otras canciones o hechos virales. Suele ser un éxito y una buena oportunidad para ver por dos segundos a nuestro creador/a de contenido favorito. Pero en 2018 algo se rompió: la comunidad dijo basta y lo expresó en forma de pulgares para abajo, convirtiendo al YouTube Rewind 2018 en el video más odiado en la historia, con 12 millones de dislikes. ¿A qué se debe semejante bronca? Hay varios motivos que explican semejante rechazo.

El primero de ellos tiene que ver con la esencia misma de YouTube y cómo está cambiando. Este año, lo que había empezado en 2017 con el famoso “Adpocalypse” terminó de estallar y provocó que un montón de personas tuvieran problemas para monetizar sus videos. La brecha entre creadores de contenido comunes y corrientes y aquellos videos publicados por medios tradicionales o empresas, se empezó a agrandar y YouTube pareció favorecer a estas grandes corporaciones. Es como si estuviera haciendo todo lo posible por convertirse en la nueva MTV: donde las celebridades vienen a hacer contenido, donde los trailers de las películas más populares rompen récords y donde los late night shows producen contenido viral. Atrás quedaron las épocas donde YouTube era de “la gente” (por más que eso siempre haya sido una ilusión). Esa desconexión ahora se trasladó al público y por eso estamos viendo esta catarata de pulgares para abajo.

Otra de las razones del fracaso del Rewind de este año tiene que ver con la ausencia de ciertas personas que, para bien y para mal, definieron al 2018. Los ausentes más notables son PewDiePie y Logan Paul; sí, dos pibes poco queribles. PewDiePie (cuyo nombre es Felix Kjellberg) volvió a ser el youtuber con más suscriptores en el mundo y cada uno de sus videos tienen millones de vistas instantáneamente. A pesar de su inmensa popularidad, Felix no puede dar dos pasos sin mandarse una cagada. El año pasado ya se le habían caído muchos proyectos por hacer chistes antisemitas (por los cuales se arrepintió pero medio que los sigue haciendo) y este año fue capturado en un stream diciendo la “n-word” (una palabra históricamente ofensiva hacia la población afrodescendiente). Nuevamente pidió disculpas y argumentó que se trató de un “momento de calentura videojueguil”, linda manera de excusar su racismo. Pero no todo queda ahí, ya que Pewds hace poco en uno de sus videos de fin de año pasó a recomendar un canal bastante antisemita y que está lleno de videos racistas con teorías conspirativas sobre la supremacía blanca. Por todos estos pifies es que YouTube decidió ignorarlo pero en algún momento tendrá que decidir qué hacer con su mayor estrella, sobre todo cuando ésta no para de espantar auspiciantes.

Logan Paul es la otra oveja negra de esta historia: comenzó el año riéndose de un hombre que acababa de quitarse la vida en el bosque de los suicidios en Aokigahara, Japón. Logan pasó a ser el centro de muchísimas críticas e intentó a toda costa, pero sin mucho éxito, lavar su imagen a fuerza de documentales y videos poco creíbles. Así todo, fue protagonista de uno de los eventos “pay per view” (es decir, pagos) más populares jamás realizados. Su insólita pelea de box con el youtuber KSI se convirtió en la pelea amateur más vista de todos los tiempos y en la quinta pelea paga de la historia (sólo detrás de algunas de Muhammad Ali o Floyd Mayweather. A pesar de todo lo que Logan Paul dio que hablar, de todo lo que significó para YouTube en materia de ganancias, la plataforma se hizo la desentendida y actuó como si nada de esto hubiera sucedido.

Pero no todo es Logan Paul o PewDiePie, porque para llegar a 12 millones de pulgares para abajo se necesita no sólo de la bronca del público en general, sino también de ciertos grupos con determinados intereses, con una agenda a cumplir. El primero de ellos es insólito y tiene que ver con los fanáticos de Justin Bieber, quienes vieron el creciente disgusto con el Rewind 2018 para sacarle al video de la canción “Baby” el poco honroso título de video menos popular de la historia. Así los y las “Beliebers” corrieron a tirarle con de todo a esta mega producción de YouTube. El otro grupo que quizás haya tenido que ver en todo esto, es el de aquellas personas que no disfrutaron mucho de un segmento donde se habla (de una manera bastante tosca, obvia y forzada) de cómo fue un buen año para la representación, la diversidad, el empoderamiento femenino y la visibilidad de problemas mentales. No hay que olvidar que YouTube es la casa de las teorías conspirativas de ultra derecha y una fuente constante de toxicidad y odio. Lo sucedido no debería sorprender a nadie.

Por último, se podría atribuir a este fracaso el hecho de que el foco principal del video está puesto en Fortnite, que fue por escándalo la pieza de entretenimiento más popular del año y uno de los fenómenos a nivel gaming más grandes de la década. Incluso siendo el juego que generó los videos más visto en el año y cómo millones de chicos y chicas habrán visto horas y horas de este battle royale en YouTube, es un fenómeno más propio de otra plataforma llamada Twitch. La plataforma donde millones de personas se transmiten mientras juegan aprovechó como ninguna otra el fenómeno Fortnite y su abanderado fue Tyler “Ninja” Blevins. Sus partidas con Drake, sus récords de audiencia y suscriptores, sus campañas solidarias, su presencia en programas como el de Ellen Degeneres, incluso sus comentarios fuera de lugar, lo convirtieron en uno de los personajes del año (no sólo en materia de videojuegos). Ninja es una de las personas más influyentes de la cultura popular y con semejante alcance viene una gran responsabilidad (la cual a veces no termina de aceptar del todo) pero también un gran rechazo de parte de aquellas personas que sólo quieren ver caer a los que están arriba. 

¿Va a cambiar YouTube sus políticas después de lo que pasó con este video? Probablemente no, pero sí es una manera de visibilizar el descontento de creadores y usuarios con lo que la plataforma está haciendo actualmente. YouTube es el lugar donde miles y miles de personas se ganan la vida y al que muchos otros millones aspiran a llegar, por lo tanto amerita un análisis de cuál es su realidad y no se lo puede tomar a la ligera. No simplemente aquella aplicación donde entretenés a tu hijo o hija con las canciones de la granja; es el trabajo de mucha gente que vive atada a la arbitrariedad de una mega corporación como Google que de un segundo para el otro puede afectar por completo tu situación laboral.