Cuando el actor Jonathan Pryce se convirtió en el Gorrión Supremo para la quinta y sexta temporada de Game Of Thrones, la lluvia de memes que lo comparaban con el papa Francisco no tardaron en aparecer. El parecido entre los dos era asombroso y solo era cuestión de esperar que surgiera la posibilidad de interpretarlo. 

"Los Dos Papas" surgió de una novela de Anthony McCarten (el mismo detrás de "Las Horas Más Oscuras" y "La Teoría del Todo") y explora la relación entre el Papa Benedicto y el Papa Francisco. El brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios) se puso detrás de la dirección de la película de Netflix que encontró a su dupla perfecta con Pryce y Anthony Hopkins. 

Juan Minujín completa el elenco, como un joven Jorge Bergoglio en la película que puede verse en la plataforma desde el sábado.

En su paso por Buenos Aires, el actor protagonista habló con El Canciller y esto fue lo que contó:

¿Jonathan, cómo te llevaste con el español?

En realidad yo no sé hablar en español, pero aprendí mis textos de memoria con una instructora. Si bien en el primer corte del film decía todos mis diálogos, me resultó imposible lograr el acento porteño y por eso tomaron la decisión de redoblar esas secuencias en post-producción con un actor argentino. De todos modos, me pueden escuchar hablando en italiano y un poco en latín. 

¿Sentiste presión en el momento de ponerte en la piel de un personaje tan admirado?

Cuando mi manager me llamó para decirme que me querían para interpretar al Papa, no estaba seguro de si quería hacerlo, justamente porque me parecía que era una responsabilidad demasiado enorme y no sabía si podría hacerle justicia. Pero cuando me llegó el guión, mi percepción cambió por completo y sabía que Fernando estaría detrás del proyecto. "Ciudad de Dios" es uno de mis films favoritos. Así que al entender qué tipo de energía quería transmitir al guión,  comprendí que no se trataría de un biopic sino algo diferente. 

¿Cómo fue trabajar con Anthony Hopkins?

Fue increíble. Nos llevamos muy bien. Somos muy diferentes como actores. Y eso fue conveniente porque Benedicto y Francisco tienen dos personalidades opuestas como papas. El primero era una figura mucho más formal, mientras que el segundo se muestra como alguien más sencillo y con una mentalidad mucho más abierta en ciertos aspectos. En cuanto al método de actuación, Fernando nos comparaba con músicos: Definía a Tony como un estilo similar a la música  clásica y decía que yo era más de la corriente del jazz. Al igual que ellos, nosotros casi no nos conocíamos antes de este proyecto y nos convertimos en grandes amigos. 

Interpretaste a íconos nacionales como el papa Francisco y Juan Domingo Perón. ¿Sentís una conexión con Argentina?

Estoy honrado de haber podido interpretar a estas figuras de la historia argentina. En la escena en la que Madonna canta Don’t Cry for me Argentina recuerdo que estaba pensando: ¿Por qué está diciendo esto? No tiene mucho sentido, y aún así se convirtió en una canción famosa y reconocida mundialmente. Por otro lado sentí una enorme responsabilidad a la hora de interpretar a ambos porque yo vengo de afuera, y es por eso que tengo que encararlo con muchísimo más respeto. 

El director

El brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios) se puso detrás de la dirección de la película de Netflix que encontró a su dupla perfecta con Pryce y Anthony Hopkins. En diálogo con EC, el cineasta contó sus...

¿Fernando, tenías una percepción sobre los papas que haya cambiado con la construcción del film?

Sí. Al principio para mí era muy claro que había un Papa malo y uno bueno, pero con el tiempo  descubrí que Bergoglio también había cometido sus errores y dejé de verlos solo en blanco y negro.  

La película habla de redención, de perdón y tolerancia. 

Creo que estamos creando una sociedad distópica. Personalmente, me considero pesimista porque estamos en una crisis gravísima en cuanto al medio ambiente. La única manera de no estar tan preocupado es si empezamos a respetarlo y a escuchar a los científicos en la materia.

¿Cómo te llegó el guión y de dónde surgieron las ganas de convertirla en una película?

El productor era muy católico y me había llamado para hacer una película sobre el Papa en el año 2015. En ese momento yo estaba trabajando en la apertura de las olimpíadas en Río de Janeiro y no pude aceptar el proyecto. Tiempo después retomamos la propuesta y me llegó el primer guión. El primer corte se centraba muchísimo más en la figura del papa Francisco, metía más fragmentos de su niñez y adolescencia. Así que hicimos algunos cambios para que nos quedara más centrado en la conversación entre estos dos papas. 

¿La vieron en el Vaticano? ¿Hubo alguna recepción de su parte?

No. Enviamos el guión al Vaticano. Queríamos ponernos en contacto con ellos, pero jamás nos respondieron. Es como una sociedad secreta. Al final del proceso nos permitieron usar algunas imágenes de archivo para la película, como el funeral de Juan Pablo II. Pero no más que eso. Yo tuve un encuentro de unos pocos segundos una vez con Francisco y le dije que estaba haciendo una película sobre su vida. ¡No podría haberse mostrado más desinteresado! Incluso le dije que Anthony Hopkins sería uno de sus protagonistas. 

¿Y que te respondió?

¡Bien!

En medio del debate del cine tradicional y los servicios de streaming, ¿tendrías problema con que la gente viera el film en su pantalla del celular, por ejemplo?

Yo la hice inicialmente como una película normal. Pero pasó por más de 37 festivales de cine y puede verse en algunas salas del mundo. Para mí se trata del mejor panorama porque podés subirla a festivales y pasarla en el cine, pero también tenés la opción de verla en la plataforma online. Creo que este es el nuevo formato y me parece que hay que superar esta idea de “cine tradicional” como la conocíamos. Eso ya no existe. En cuanto a la la gente que va a ver la peli en su celular, ¿qué puedo decirte? De otra forma estoy seguro que no la verían, así que sigue siendo un escenario positivo.