Este jueves 3 de octubre se estrena Guasón en los cines argentinos, un film con compromiso por el lenguaje cinematográfico sin olvidar el universo comiquero.

Ya existía el entusiasmo por este film antes que ganara el premio mayor en el Festival de cine de Venecia. “Me parece remarcable que una industria que se preocupa por los negocios tomara el riesgo de hacer esta película, hecha para la taquilla pero que es una reflexión sobre los antihéroes y en donde el enemigo no es un hombre, es el sistema”, dijo la directora argentina Lucrecia Martel, presidenta del Jurado de dicho Festival. El “hype” aumentó su intensidad desde ese entonces.

Es que “Joker” (su título original) no es un film de superhéroes como se lo catalogó, solo toma de base al villano más icónico de Batman, el superhéroe más conocido de la cultura pop. Guasón no tiene tratamiento de película de superhéroe, sí algunos guiños cuidados sobre la mitología del murciélago y algunos nombres reconocidos de Ciudad Gótica. Por cierto, comentario aparte para la ciudad que cuenta con una importante presencia en el film, casi como un personaje más y la verdadera villana de la película. Lo cierto es que el film invierte o subvierte todo lo que podemos esperar de un film de grandes taquillas porque busca crear una verdadera historia sin apelar a empatizar con el espectador, sino a contar el nacimiento de un villano más real que superheroico y acompañado del caos social como factor determinante.

El vínculo con Martin Scorsese

Protagonizada por Joaquin Phoenix y dirigida por Todd Phillips, el film nació de la idea de darle un nuevo comienzo al personaje, Arthur Fleck, pero alejado del universo de películas de DC (desde todo punto de vista) y más centrado en el nacimiento de un villano que fue creado por el mismo sistema, por el abandono, por el engaño; por el descuido y la mentira de lo que lo rodean. La soledad como clave para generar un ser de este estilo.

De base, su director marcó en varias ocasiones que el film tiene influencias directas de “El Rey de la Comedia” (1982) y “Taxi Driver” (1976), dos películas que básicamente hablan de la composición de la locura y la falta de contención en este tipo de perfiles desde el sistema de salud del estado, pero con el cuidado estético y narrativo que poseen las dirigidas por Martin Scorsese. Claro que la crisis civil y la ola de crímenes inspiraron a un montón de otros films de fines de los 70 y 80 como Calles Salvajes y aquí ese espíritu se hace presente.

Todd Phillips, director del film y reconocido (hasta ahora) por la saga “¿Qué pasó ayer?”, se puso detrás de cámaras con mucha autoridad y demostró que está para cosas más interesantes de lo que demostró hasta ahora son sus anteriores películas. No por hacer comedias menores, sino porque tiene un abanico de recursos dignos de un director que puede hacer historia en la generación actual de directores además de la osadía de crear este engendro que parece de otra época. Desde su rol dejó cosas bastante claras: le dio profundidad visual a Ciudad Gótica con una paleta de colores bien específica; proporcionó un carácter propio al entorno y su peligrosidad, y creó un personaje perturbado por una secuencia de malos momentos perfectamente orquestados desde el guión que sumaron a la excelente composición de Phoenix.

Joaquin Phoenix

Por el lado del actor, quizá en su interpretación más osada desde lo transformista. Adelgazó, trabajó mucho la postura corporal y la mirada perturbada. Lo mismo ejercitó con la risa, con una historia propia pero justificada como pocas veces desde un trastorno psicológico. Ese factor no es menor y es el rasgo que más se percibe en el personaje central de esta historia. Algo que evidentemente consta de una preparación ardua y pegadiza para el actor quien, luego de varias actuaciones memorables como en “El Gladiador” (2000), “Ella” (2013) y “Vicio Propio” (2014), logra un desempeño que, mínimo, debería estar entre los favoritos al Oscar del próximo año.

Polémicas aparte (el grito al director de fotografía y la falta de relación con Robert De Niro), Joaquin Phoenix nunca le gustó encajar en Hollywood y siempre sumó para ser la oveja negra de la industria: rebelde, contracultural y no negoció su gusto por el buen cine a la hora de elegir sus papeles.

Desde lo narrativo, y quizá lo más polémico, es que Guasón es un film pensado para imponerse en la taquilla: contó con un presupuesto alto, con grandes estrellas y un aparato marketinero digno de Liga de la Justicia, pero el resultado es totalmente diferente. La trama y el montaje están perfectamente ensamblados para que una película que no cuenta con explosiones ni superpoderes se gane la atención de los espectadores durante más de dos horas de película sin que se note el paso de los minutos. También hay que reconocer que quienes esperen un film 100% superhéroes se van a llevar una gran decepción.

Por el lado de los condimentos extras, quizá la influencia de otra obras cinematográficas se hace evidente. No quiere decir que no se buscó remarcar ese dato desde la dirección, pero quedó por momentos exagerado. De todas maneras, no perjudica al film en absoluto. La película no escapa, ni quiere hacerlo, de la atmósfera del Batman de Nolan donde claramente hay un homenaje bien marcado. Tampoco busca evitar la influencia de dos films antes mencionados como “El Rey de la comedia” y “Taxi Driver”, ya que Robert De Niro también se encuentra en el reparto. Un símbolo de la época (cinematográfica y social) que se intenta retratar en el film.

Guasón: mucho más que solo “la mejor película de superhéroes”

En resumen, Guasón es, sin dudas, una de las grandes películas del año por profundidad narrativa y visual, por interpretación y por mensaje. Y aunque la crítica social y la bajada de línea por momento resulte obvia, Phillips prima al lenguaje cinematográfico y no negocia la calidad de la obra por lo que quiere contar. Por parte del actor, Phoenix entrega una personaje a la altura de las expectativas, un Arthur Fleck cerca del colapso que elige dejarse llevar por la locura, pero empujado desde todos los sectores: laboral, político-social y desde los medios de comunicación que tienen un papel fundamental en esta historia. Guasón es la obra que se esperaba desde todos los aspectos, una rareza digna de verse en pantalla grande.