"Parasite", la comedia negra coreana que revolucionó a la industria
La ganadora del Oscar a mejor película es una experiencia imposible de pasar por alto.
Considerada por una gran mayoría de críticos y público en general como la mejor película del 2019, Parasite se convirtió en una revolución que trasciende la industria cinematográfica y este domingo con el Oscar a mejor película lo terminó de confirmar.
Su director, el experimentado Bong Joon Ho es un realizador de grandes películas y una filmografía que lo describe a la perfección: versátil, creativo e inteligente. Su última obra llega a las pantallas argentinas y fue la revelación del año pasado.
Parasite es una de las películas más singulares, extraordinarias y raras que llegará a las salas argentinas en mucho tiempo y con esta atención específica. Lejos de ser un acto fortuito, el director sabe que es fruto de su trabajo y su lenguaje consolidado en los grandes festivales. Siete películas acompañan su curriculum, pero la nominada al Oscar como Mejor Película y Mejor Película de lengua no inglesa (y otras cuatro categorías) rompe todos los pronósticos.
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En la temporada de premios ya había cosechado galardones importantes como el Globo de Oro, el Sag Awards a Mejor Elenco (primera vez en la historia de la premiación) y lleva con orgullo la Palma de Oro del Festival de Cannes.
La trama
La película comienza como una comedia que tiene en el centro de la historia a dos familias: los Kim, de bajísimos recursos que se la rebuscan como pueden, y los Park, una familia de clase alta. Mientras los Kim viven una vida precaria en los barrios bajos de una ciudad sin nombre, los Park residen en un barrio privado y con una casa de diseño innovador, moderna y casi laberíntica.
Sus caminos se cruzan cuando Ki-woo (Choi Woo-shik), gracias al dato de un amigo, falsifica unos documentos (talento de su hermana diseñadora) para conseguir el puesto de “profesor particular” de inglés de Da-hye (Jeong Ji-so), la hija adolescente de la familia adinerada. No conforme con esto, decide buscar la manera de involucrar a toda la familia y darles trabajo con la misma técnica: el engaño y el armado de situaciones favorables para lograr el objetivo. Dato no menor, entre ellos simulan no conocerse.
El film, compuesto de una fotografía y puesta de cámara impecables, logra relatar con maestría el choque de estas dos familias. Prolija, pero caótica desde la ebullición interna de la situación (gracias al factor sorpresa), el film apunta a resaltar los extremos de dos clases sociales y la miseria humana sin importar el dinero que posean en la cuenta bancaria. Todo esto, llevado con maestría gracias al guion y diálogos inmejorables, la historia toma un giro sorprendente que conduce a un clímax con sangre, oscuros desenlaces y diferencias imposibles de solucionar.
Esta oscura sátira del director y coguionista Bong Joon-ho es incómoda, inquietante y hasta puede ser exasperante para espectadores casuales. El guión de Bong, escrito con Jin Won Han, tiene mucho que decir sobre los resentimientos o carencias de los pobres, la indiferencia (y crueldad) de los ricos y la capacidad de estos últimos para enfrentar a los menos afortunados entre sí mientras luchan por la supervivencia. Sutilezas para comunicar y plasmar todo esto en la pantalla y atravesar la historia en diferentes tonos y géneros cinematográficos.
Parasite es todo esto y más. Es una experiencia cinematográfica que navega por el humor, el thriller, el suspenso y hasta un drama de clases tan universal que asombra. De uno de los mejores directores del cine mundial, quizá protagonista de la próxima entrega de los Oscars.
Bong Joon-Ho, el director
La primera película en tomar notoriedad fue su segundo largometraje “Memorias de un Asesino” o “Memories of Murder” (Salinui chueok, 2003) donde aparece por primera vez Kang-ho Song dentro de un elenco elegido por Joon Ho, y luego se convirtió en su actor fetiche. Con “The Host” (2006), film que se encuentra disponible en el catálogo de Netflix, llegó el éxito comercial y la fama mundial como la promesa surcoreana. Luego, la consagración definitiva siguió con Snowpiercer (2013) que incluye a Chris Evans en su momento de mayor fama como El Capitán América.
Pero antes de la llegada de Parasite, también fue protagonista de una polémica: cine original en Netflix, ¿negocio o exposición mundial? ¿Cine o no? “Okja” fue el film que estrenó en la plataforma de streaming y generó debates varios no solo con las grandes premiaciones sino con Festivales de prestigio como Cannes. La trama de la película solo aumentó la discusión ya que su forma de ver y entender el cine implica una revolución narrativa y tocar temas discutidos en todo el mundo a través de la sátira. Estéticamente atractivo como pocos, Joon-Ho además mezcla coyuntura sociopolítica de su país, pero para poder llegar a personas en todo el mundo con temas universales. Confrontativo, pero sin resignar el arte cinematográfico.