En un encuentro que duró poco más de una hora, Alberto Fernández se reunió con el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, y el representante del organismo en Argentina, Trevor Alleyne, para ratificar su postura de pagar la deuda contraída, pero luego de una renegociación.

Luego de la cumbre en sus oficinas de San Telmo, el precandidato a presidente por el Frente de Todos difundió un documento en el que detalló los pormenores de la charla con la Misión del FMI.

Lo más destacado fue la postura que adoptó Fernández para marcarle la cancha al Fondo: sin mencionar al innombrable "default", subrayó que la entidad financiera violó sus estatutos al constituir el préstamo Stand By y, luego, adoptó una postura pasiva ante los resultados negativos del programa económico.

Ampliar contenido

Según el texto publicado, Fernández explicó que el préstamo a la Argentina fue realizado violando el "Artículo VI del Acta Constitutiva del FMI" cuyo primer párrafo dispone que "ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital".

De los US$57 mil millones que constituyen el préstamo original (mayo 2018) y su extensión (octubre 2018), Argentina ya recibió US$39 mil millones y la fuga neta durante el gobierno de Mauricio Macri asciende a más de US$30 mil millones, detalló Alberto.

Por ello, y mientras Mauricio Macri aguarda su reunión con Christine Lagarde en el G20 de Japón, el precandidato a presidente del peronismo ya se encargó de mostrarle sus cartas a los enviados de Lagarde. El préstamo viola los estatutos del organismo y, además, tampoco reaccionaron ante el fracaso del programa.

De ganar la fórmula Fernández-Fernández, el Gobierno se hará cargo de pagar la deuda, sí, pero con renegociación previa y con las condiciones necesarias para "superar esta realidad sin exigirle nuevos y mayores esfuerzos a los sectores más débiles de nuestra sociedad".