Vidal, los docentes y una larga pulseada nacional que se juega en tres canchas a la vez
Una mujer joven que se hizo desde abajo y no pertenece a una familia de millonarios. No se le conocen cuentas offshore, no aparece en los Panamá Papers, no carga con denuncias de lavado de dinero, no es dueña de acciones en empresas que se hicieron grandes esquilmando al Estado. Una madre que aparece sola, con sus hijos, para "adoptar a los bonaerenses” y rescatarlos del desamparo, como narró hace unos meses en el Coloquio de IDEA. Una gobernadora que no tiene miedo, que habla con el lenguaje de la calle, que sonríe con ternura pero además demuestra la firmeza necesaria para decir "No".
Una chica que anda de a pie como una vecina más, que no maltrata a su empleada doméstica, que sabe interpretar los dolores ajenos y exhibe su sensibilidad ante las cámaras mejor que nadie. Una candidata que fue a pelear con la más fea en el territorio de los machos alfa. Y que logró lo imposible: derrotar al soberbio peronismo una y otra vez. Si María Eugenia Vidal no aprovechara sus características de protagonista estelar y personaje taquillero para la política, estaría desperdiciando una oportunidad única. La de una figura soñada por los estrategas de campaña y envidiada por sus opositores.
Si María Eugenia Vidal no aprovechara sus características de protagonista estelar y personaje taquillero para la política, estaría desperdiciando una oportunidad única
Con semejante capital propio, la bella recibirá entre mañana y el martes las primeras 48 horas de un paro que -al lado suyo no tienen dudas- la beneficia. Enfrente volverá a tener a Roberto Baradel, la bestia sindical demonizada por los medios oficialistas que afronta dos problemas de difícil solución. Dentro de su gremio, la presión de una lista opositora con base en La Matanza que se extiende en el conurbano y lo fuerza a una confrontación más dura con el macrismo que tiene rostro de mujer. Afuera, la paciencia limitada de padres y madres que atraviesan la inmensidad de la provincia para ir a trabajar o no disponen de plan b ante una contingencia que se repite.
Sin paritarias nacionales, el conflicto en la provincia de Buenos Aires excede por mucho a María Eugenia. Es la referencia para la mayor parte de los gobernadores y sindicatos en todo el país. La pulseada entre el ajuste que necesitan hacer los que gobiernan y el poder adquisitivo que no pueden resignar los que viven de un sueldo en pesos y sienten en el bolsillo que todo sube, sin diálogo ni consulta.
Prohibida está la cláusula gatillo, ese artefacto que la Casa Rosada adoptó en sus primeros dos años para asumir la inflación pero hoy quiere erradicar del diccionario salarial, justo cuando los sindicatos la ven como la única garantía de un contrato que -a fin de año- siempre resulta desfavorable.
Aunque los gremios docentes son cinco y los maestros sindicalizados alrededor de 300 mil, Baradel es la cara del reclamo que preexiste a Cambiemos y ya Daniel Scioli experimentó en carne propia. En el gobierno bonaerense, afirman que "Roby” estaba dispuesto a no participar en esta ronda paritaria con el objetivo de descomprimir la tensión. Pero la eclosión que trajo el ajuste previsional, los errores del macrismo y el renacimiento de Hugo Moyano lo devolvieron a una mesa de negociaciones que no avanza.
La eclosión que trajo el ajuste previsional, los errores del macrismo y el renacimiento de Hugo Moyano devolvieron a Baradel a una mesa de negociaciones que no avanza
Nadie lo dirá, pero un paro de 48 horas antes del comienzo efectivo de clases será tomado como una señal de paz por el vidalismo. Parte del rechazo inevitable entre el agua y el aceite, producto de la presión que desborda a Baradel por izquierda y -al mismo tiempo- de la asunción de que contra la gobernadora no se puede ir más allá. "Eso no nos hace daño, todo lo contrario: nos fortalece. Demuestra que queremos ordenar y no nos dejan”, dicen cerca de ella. Más complicada para el Ejecutivo, en cambio, sería una huelga que se prolongue por uno o dos meses, como ya sucedió más de una vez.
Ese escenario es el más incierto para todos. Al final de un túnel que incluirá descuentos por días de paro y sanciones, a la bella ya no le alcanzará con la imagen en ascenso y primará la necesidad de resolver un conflicto para que los chicos entren finalmente a las aulas.
Será difícil para "Mariu”, después de recibir el premio mayor del Fondo del Conurbano, convalidar un aumento para los docentes que perfore el techo del 15%, que firman entre sonrisas gremios tan dóciles y poderosos como la UTA. Quebrar el mandamiento que Mauricio Macri y Marcos Peña le imponen tanto a la pobre provincia como a la rica ciudad de Buenos Aires, donde otro rival directo para la sucesión también se ciñe al lenguaje del ajuste, en el año no electoral.