Desde que el presidente Javier Milei asumió en diciembre pasado, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha implementado una serie de políticas que tienen como objetivo evitar que los piquetes corten las calles y así garantizar la libre circulación de los ciudadanos.

La firma Demos Consulting realizó una encuesta a habitantes de la Ciudad de Buenos Aires que tuvo como eje el coloquialmente denominado "protocolo antipiquetes", cuya entrada en vigencia contó con el respaldo del 60,3% de los porteños y el rechazo del 39,8%. 

El sondeo, que publicó los resultados obtenidos de los 450 casos efectivos estudiados durante abril, expuso que el 57,8% de los encuestados aprobó el rol de la Policía de la Ciudad en la preservación del orden y la libre circulación, mientras que el 39,8% afirmó que el accionar de la fuerza de seguridad fue agresivo e innecesario.

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Números similares se observan respecto del uso de camiones hidrantes, con un 55,5% de los porteños a favor y un 41,3% en contra.

Con respecto a la Policía de la Ciudad, la mitad de los porteños sondeados consideró que el accionar de esta fuerza desde que asumió el nuevo Gobierno es mejor que durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta. Solamente un 15,4% sostuvo que su desempeño fue peor que en la anterior administración y un 29% estimó que no ha habido diferencias. 

Sobre las razones que motivan los piquetes, los porteños se dividieron en partes iguales entre quienes consideran que los mismos responden a un reclamo genuino y los que creen que su único objetivo es desestabilizar al Gobierno.

Finalmente, casi el 60% de los encuestados señaló que el accionar del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y su equipo en relación al manejo de las protestas fue eficaz. El nivel de desaprobación se ubica en el 38,5%.