Tarifas: presiona Marcos a los gobernadores para evitar el costo del veto
El horizonte de Cambiemos, a pesar del desgaste por las tarifas, el dólar y la inflación, es el 2019. Marcos Peña y Durán Barba consideran que "dar las malas noticias” con anticipación evita un malestar social generalizado que pueda perjudicar la suerte del oficialismo en las urnas.
Por eso, en plena inestabilidad económica, eligen con quienes jugar y a quienes mejor tener lejos. Es decir, aprovechan su peor momento para diferenciar las figuras que banca el mal trago del Ejecutivo y aquellas que aprovecharon para profundizar más los problemas.
Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta.
En este escenario, en la Casa Rosada tomaron como punto de partida para definir el lugar de la grieta de cada uno de los gobernadores en el marco del debate por las tarifas y la presión que ejerzan sobre sus legisladores para impedir, a gusto de Macri, que avance el proyecto de la oposición.
El Gobierno tomó nota y elaboró su propia lista sobre los que cumplieron al pie de la letra el discurso presidencial. ¿Quiénes son? Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Manuel Urtubey (Salta), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y el provincial Hugo Passalacqua (Misiones).
Todos ellos, aunque no fueron tajantes con su bajada de línea, anticiparon su descontento con la batalla que encabezó la oposición en el Congreso para intentar frenar las subas de las tarifas.
Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba.
Con Schiaretti como ejemplo y principal abanderado, Peña Macri y Frigerio harán el lobby necesario para que finalmente los indecisos se despeguen del dictamen que aprobó el PJ en Diputados para que no avance en el recinto.
Ya hicieron lo propio con la quita de impuestos a las boletas dos del riñón de Cambiemos: el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. Sin embargo, tuvo poco golpe de efecto en el resto de los mandatarios provinciales.
Gustavo Bordet, gobernador de Entre Ríos.
¿El objetivo principal del Gobierno? "Acomodar” a la mayor cantidad posible de los gobernadores, mostrar coincidencias en el discurso sobre tarifas y bajar línea los legisladores para evitar que la votación final sea más ajustada de lo que se espera.
Es decir, en los pasillos de la Casa Rosada temen que el Presidente, en un mes crítico y con caída de su imagen, tenga que firmar un veto con una medida que golpea a los sectores más populares y a la clase media. No quieren pagar un costo político tan alto y, por eso, el lobby está a la orden del día.