En Córdoba, Mario Negri y Ramón Mestre decidieron poner a prueba el liderazgo del presidente Mauricio Macri dentro de Cambiemos. El diputado nacional, que denunció que el intendente de la capital cordobesa busca expulsarlo del partido, presentará el miércoles un pedido de impugnación de las internas previstas para el 17 de marzo y que cada vez tienen menos chances de realizarse.

La semana pasada, las empresas de correo advirtieron que no llegaban con los tiempos para poder garantizar la logística de los comicios. En paralelo, Mestre denunció que funcionarios de la Casa Rosada lo llamaron por teléfono para intentar convencerlo de que se baje de la disputa, en la que Macri tiene un claro favorito y no es él.

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A pesar de todo, Mestre insiste. Propuso que la logística de los comicios la haga el propio partido, que además afrontaría la totalidad de los costos. Y Negri redobló la apuesta: elaboró junto al Frente Cívico de Luis Juez y el PRO local la impugnación de las elecciones del 17 de marzo, que presentará este miércoles 6. El argumento es que no están dadas las condiciones para celebrar los comicios, que además no pueden postergarse porque el 23 Cambiemos debe presentar sus listas para las elecciones provinciales y municipales.

Anoticiado de la estrategia del presidente del interbloque oficialista en Diputados, Mestre contraatacó y amenazó con expulsar del partido a todos los que lo apoyen. Negri respondió en Twitter: dijo que por pedir "que se cumpla con lo que por unanimidad solicitó la Junta Electoral para asegurar la transparencia en la interna", los que manejan la UCR de Córdoba (en referencia al intendente capitalino) amenazaron con expulsarlo. "Yo trabajo para sacar al PJ, ellos para sacarme a mí", disparó.

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Mestre también se encargó de advertirle a la Rosada que si no hay interna, tampoco habrá Cambiemos. Y cuenta con el apoyo de un hombre clave: Enrique "Coti" Nosiglia. El histórico operador radical es uno de los principales promotores de disputarle las primarias presidenciales a Macri con un candidato propio, y está dispuesto a dar cada una de las batallas que se presenten en ese sentido. La de Mestre es una, aunque por ahora su única función es la de evitar una intervención del partido, como ocurrió en Santa Fe.