Después de que expusiera en Diputados Alejo Ramos Padilla, el juez federal que imputó al fiscal Carlos Stornelli por supuestas maniobras de extorsión y espionaje, el arco político ligado al kirchnerismo salió a respaldarlo.

Ramos Padilla sostuvo que la causa es una porción "ínfima" de un entramado más grande que podría llegar a afectar las relaciones exteriores de Argentina con países como Estados Unidos, Israel, Venezuela y Uruguay y aseguró, mediante fotos, audios y documentos, que hay diputados que serían usuarios de esta organización y otros, que serían víctimas de una maniobra de espionaje.

Frente a la ausencia del bloque de Cambiemos en la Comisión de Libertad de Expresión en la Cámara Baja, desde la oposición aprovecharon la oportunidad para expresar su apoyo al magistrado no sólo dentro del recinto con aplausos, sino también a través de redes sociales. 

Muchos de los legisladores dieron por verdaderos los dichos de Ramos Padilla, a la vez que apuntaron contra el silencio del Gobierno y los medios. Uno de ellos fue Agustín Rossi, que afirmó que "se trata de una red de espionaje ilegal y paraestatal de extorsión que involucra a la justicia, la prensa y legisladores”.

Otros también apuntaron al caso como un accionar en contra del Estado de Derecho, de "enorme gravedad institucional” y como una "falta de respeto para los argentinos”. 

El diputado Fernando Asencio, que apoya la candidatura de Felipe Solá, salió al cruce de la diputada Paula Oliveto, y buscó chicaearla al manifestar su deseo de verla en el Congreso. "Me hubiera gustado que en vez de ensuciar  a un magistrado que vino al Congreso a explicar el mayor escándalo político judicial de la historia, estuvieras presente haciendo las preguntas que entendías pertinentes”, tuiteó. 

Desde el oficialismo, en tanto, la única porción que se refirió al tema fue la perteneciente al ala de la Coalición Cívica. Se expresaron no sólo Oliveto, sino además, Elisa Carrió y Paula Zuvic, mientras que desde el PRO y la UCR mantuvieron distancia. 

Hace tiempo Elisa Carrió había mostrado su descontento frente al posicionamiento de Cambiemos, y había asegurado que existìa por su parte una pérdida de confianza en el compromiso del Gobierno en lucha contra la corrupción.

En febrero último,  ratificó ese posicionamiento cruzando a la alianza, al confirmar que la CCARI no recibía apoyo en ese sentido.