Tras la conmoción inicial, el peronismo llamó a la unidad y acortó distancia con sectores internos, recompuso la relación con Ramón Mestre y lanzó el espacio de los cuatro fantásticos a nivel nacional. ¿Stronger than ever?

Fue un mes de política pura. Al cumplirse el primer aniversario de la muerte del ex gobernador José Manuel de la Sota, el poder político de Córdoba reaccionó con rapidez a uno de los sacudones más grandes de los últimos 20 años. 

Tras la conmoción inicial, Juan Schiaretti llamó a la unidad. Rápidamente comenzaron a incorporarse históricos a la estructura del peronismo como Jorge "Zurdo” Montoya, se indultó a Eduardo Accastello por su pasado kirchnerista y se abrieron las puertas del partido. Eso sí. Sin condicionamientos, según dicen desde el Centro Cívico. Promesas de minicuotas de poder urbi et orbi dentro de la provincia alambrada. Todavía nada en la gestión.

Inclusive la posibilidad de que Olga Riutort vuelva a partido existe, aunque por ahora la pelota esté en el campo de la exsecretaria General de la Gobernación.

Los alfiles de Schiaretti y los históricos se pusieron manos a la obra y salieron primero a contener a los delasotistas. Un sector ahora se acuesta sobre el legislador Daniel Passerini y la hija del exgobernador, Natalia de la Sota. "Lo que pida, se lo darán", dicen desde el Centro Cívico. Siempre en su justa medida y armonía. 

El miércoles pasado, en la Capital, el peronismo ratificó su voluntad de contar con un candidato propio para la Municipalidad. Martín Llaryora no tiene muchas ganas de arriesgar su capital político para competir por un municipio cuyos números alteran. Dato: su cotización subió porque como diputado le tocó bailar siempre con la más fea y respondió.

El delasotismo del sur aún está sentido. El espacio que se referencia en la última esposa de De la Sota aún tiene cierta distancia con el schiarettismo. El jueves La Militante, la agrupación que surgió al calor de su último mandato, no fue al plenario ampliado del peronismo provincial en el Hotel Quórum. Un día antes la diputada Adriana Nazario, de mayor cercanía con Sergio Massa, estuvo en Córdoba Capital. 

Por si esto fuera poco, Schiaretti le abrió el diálogo al intendente y posiblemente próximo rival, Ramón Mestre. Le dio un auxilio financiero en medio de una crisis por el transporte aún sin solución. A nivel nacional, el gringo se animó "cruzar el charco”, mostrar sus cartas y lanzar los cuatro fantásticos del peronismo.

El PJ provincial toma el legado de De la Sota y desde el poder busca la inclusión de nuevos actores. No se aisla y coquetea con el socialismo. El límite es el kirchnerismo. Unión por Córdoba se prepara para su refundación y analizan un nuevo nombre.

Todo. Absolutamente todo durante este mes en Córdoba fue política. Resta ver cómo decanta esta fase de la unidad.