Mañana a las 18:30 se dará el puntapié del debate por la despenalización del aborto en el Congreso. Se discutirán los parámetros y "metodologías de trabajo” de los principales proyectos. Hasta el momento, en la Cámara de Diputados hay un escenario de paridad y vaticinan un resultado incierto. La carta que jugó el Gobierno para desviar la atención de los problemas en la economía tiene un correlato diferente en el Senado: el rechazo es casi absoluto.

Mientras el 8M reflejó la masividad del reclamo, el Gobierno parece decidido a no laudar ni intervenir en favor de ninguna posición. Anoche el presidente Mauricio Macri volvió a repetir el eslogan que diseñó el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba: "Tiene que ser un debate maduro, serio, respetuoso, porque hay en el medio valores muy profundos como la vida. Ya he dicho que estoy a favor de la vida", sostuvo y avisó que "Si se vota una opción contraria a lo que yo pienso, no voy a vetar la ley”. Por último, cuestionó a los que lo apuntan por la estrategia comunicacional: "Pensar que el debate del aborto es una cortina de humo es subestimar a los argentinos. Yo ya he dicho que estoy a favor de la vida y espero que el debate sea enriquecedor”.

En total se presentaron más de diez proyectos. Aunque el que más adhesiones tiene y más chances de ser tratado es el que presenta (con una actualización) desde hace doce años la Campaña Nacional, cuyas principales impulsoras son Victoria Donda (Libres del Sur), Brenda Austin (UCR), Mónica Macha (FpV), Romina del Plá (Frente de Izquierda) y Josefina Mendoza (UCR).

En el Senado el panorama es diametralmente opuesto. El diario La Nación relevó la temperatura de la iniciativa y los resultados son categóricos: sobre 55 senadores, 28 están en contra, 12 a favor y 15 que no quisieron dar su opinión. En la Cámara alta la Iglesia Católica -a través de las provincias- tiene una influencia importante.