Rodríguez Saá, Verna e Insfrán: se envalentonan cuatro gobernadores y desafían a Macri

Todos son peronistas y tienen -en más o menos cierto nivel de coincidencia- ordenadas sus cuentas, es decir, que no enfrentan situaciones delicadas en sus administraciones. Tienen un elemento más en común: no dependen en gran medida de la chequera de Balcarce 50, a diferencia de los diez caciques que comparten el sello del PJ.

El caso de San Luis es el más paradigmático: Rodríguez Saá fue el único gobernador que no se sentó en la mesa del toma y daca que planteó el Gobierno en noviembre del 2017 por el Pacto Fiscal. "San Luis no firmó ni va a firmar el consenso fiscal porque implica desistir de los procesos judiciales respecto al régimen de coparticipación sin ninguna compensación a cambio", disparó. Todavía mantiene esa línea crítica y su hermano, Adolfo, muestra cercanía para una futura agenda en común con la ex presidenta Cristina Kirchner en el Senado.

Carlos Verna fue uno de los pocos gobernadores que desde el principio se mostró equidistante de Macri. En el 2016 hizo tambalear la mesa que el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, había dispuesto para discutir la devolución del 15% de coparticipación que la Nación le retenía a las provincias por el pacto fiscal de 1992. El propio Macri lo ha reconocido frente a cámara: "Con Verna ha sido todo difícil. Hay que reconocer que él tiene un temperamento y un carácter que hace que las relaciones no sean más fáciles”, dijo.

El apoyo de Gildo Insfrán durante la primera etapa del Gobierno sucedió a través del Congreso: tanto diputados como senadores formoseños votaron cada ley que promovió el oficialismo e incluso mantiene una relación muy fluida con Rogelio Frigerio, nexo de Cambiemos con las provincias. Insfrán continuó siendo un aliado clave de CFK en la provincia. Hay una "enorme transferencia de riquezas en beneficio de sectores privilegiados, haciendo caer el peso del ajuste sobre las espaldas de los que menos tienen", disparó el mandatario en línea directa hacia la Casa Rosada.

Quien ha tenido una relación con altibajos y movediza con el Gobierno fue el gobernador de San Juan, Sergio Uñac. Su nombre era prácticamente oficial en la nómina de gobernadores que Macri quería exhibir en su gira por Europa, no obstante, a último momento el sanjuanino se bajó. Ahora tiene una batalla compleja con el macrismo: en claro castigo, el oficialismo anunció que dará de baja por "inconsistencias” unos 28 mil planes, de ese total San Juan sufrió la baja de 13 mil, casi la mitad.