Reformas: la urgencia posterga la discusión de fondo sobre la relación con las provincias
La llegada al Congreso del paquete de reformas previsional, laboral y tributaria dispara una discusión nunca saldada por parte de la dirigencia política del país: la existencia de una gestión realmente federal.
En el Senado esta semana presenciamos el desfile de gobernadores oficialistas y opositores pidiendo a sus senadores que acompañen el pacto fiscal y la reforma previsional, ante la mirada atónita de muchos, que aún hoy, se sorprenden de que ocurra. "Esto ya lo vivimos”, dicen. Y si.
Mientras algunos celebran, otros sacan los medidores de traición para ver a quién apuntan primero y al que le quepa el sayo, que se lo ponga.
Desfile de gobernadores oficialistas y opositores pidiendo a sus senadores que acompañen el pacto fiscal y la reforma previsional
La discusión que nunca se abre con intenciones de ser saldada realmente es qué hacemos con la dependencia del conjunto de los distritos del país a la discrecionalidad del gobierno nacional.
Qué hacemos con la coparticipación, con la obra pública, con los impuestos que afectan directamente a las economías regionales o con la falta de (auto) financiamiento que tienen las provincias y que ahora empiezan a tomar deuda en dólares.
Ahora se abre la incógnita de cómo se van a posicionar frente a la PBA los 23 distritos restantes, que ven afectados sus recursos con el Fondo del Conurbano. O qué hacen ante el desfinanciamiento provincial generado por la reforma tributaria, que modifica impuestos coparticipables como Ganancias, Impuestos internos, Impuesto al Cheque, Ingresos Brutos, entre otros.
Qué hacemos con la dependencia del conjunto de los distritos del país a la discrecionalidad del gobierno nacional.
La discusión va más allá de la urgencia de poner la lupa sobre las reformas. Miguel Ángel Pichetto, quien representa a las provincias en la Cámara Alta, perdió una oportunidad histórica en estos dos años y, frente a un debate crucial, sólo pudo proponer una fórmula de actualización jubilatoria que supera en menos de 100 pesos a la fórmula oficial y postergó la reforma laboral.
Los representantes nacionales tienen que plantearse si en algún momento quieren fijarse en qué pasa más allá de la General Paz, donde también está Dios, pero no atiende todos los días.