Cristina las contó: 19 reuniones con Alberto Fernández desde diciembre de 2019. La mayoría, según dijo, a iniciativa suya. Todas en Olivos. Este martes fue la última, después de la estruendosa derrota oficialista en las PASO, a la que la vicepresidenta calificó como “sin precedentes”. También la pidió ella.

Casi sobre el final de jueves, y después de otra jornada cargada de rumores sobre renuncias y ofertas en el Gabinete, la exmandataria salió al cruce del Presidente, a quien le reclamó en duros términos un cambio de rumbo para el Gobierno, en especial de las políticas económicas.

Horas antes, primero en Twitter, pero después también a través de una columna de Mario Wainfeld, en Página 12, Alberto había querido fijar –en absoluto off the records- una postura crítica respecto al cristinismo. La Jefa recogió el guante y le respondió.

“La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido”, se había plantado el jefe de Estado en las redes sociales.

Lejos de callarse, Cristina subió peligrosamente la apuesta. Los seis tramos más álgidos de su carta:

  • Al día siguiente de semejante catástrofe política, uno escuchaba a algunos funcionarios y parecía que en este país no había pasado nada, fingiendo normalidad y, sobre todo, atornillándose a los sillones.
  • Deje pasar 48hs deliberadamente, para ver si llamaba.
  • Le propuse nombres como el del Gobernador Juan Manzur para la Jefatura de Gabinete.
  • Alberto Fernández quería que el Dr. Eduardo De Pedro fuera su Jefe de Gabinete y fui yo la que no estuvo de acuerdo.
  • No voy a seguir tolerando las operaciones de prensa que desde el propio entorno presidencial a través de su vocero se hacen sobre mí y sobre nuestro espacio político.
  • Sólo le pido al Presidente que honre aquella decisión… pero por sobre todas las cosas, tomando sus palabras y convicciones también, lo que es más importante que nada: que honre la voluntad del pueblo argentino.

La misiva cayó como una bomba en el corazón de la Rosada. Por la noche, Alberto Fernández se reunía con su círculo íntimo en la quinta presidencial. Atrás habían quedado las ofertas que –según trascendió- les hizo al mencionado Manzur y a Sergio Uñac. Al primero, como reemplazo de Santiago Cafiero. Al gobernador sanjuanino, en reemplazo del ministro del Interior, a quien el albertismo dio por “renunciado oficial” durante todo el día.

El único integrante del Frente de Todos en mantenerse en riguroso silencio fue Sergio Massa, quien intenta tejer por estas horas un acuerdo que mantenga en pie a la coalición de gobierno, en medio de un momento dramático, otro más, que impacta en el corazón de toda la sociedad.