Maximiliano Pullaro continúa su lucha contra el narcotráfico en la provincia de Santa Fe, la cual lo obligó a sacar a su familia de Rosario debido a las amenazas recibidas. “El gobierno kirchnerista que tuvo la provincia hasta diciembre cree que los presos son víctimas y tienen que salir de la cárcel”, criticó el gobernador.

Asimismo, el mandatario provincial contó cuáles fueron los principales cambios que debieron introducir en el servicio penitenciario para tratar de retomar el control en las cárceles: “El primer día aislamos a los presos que gobernaban las organizaciones criminales”.

Ahondando en las amenazas que recibió, indicó que se trató de una respuesta a la imputación de un lugarteniente de uno de los narcos más importante de la ciudad. “Saqué a mi familia 20 días atrás. Tuvimos amenazas muy fuertes. No tiene sentido que mi familia esté custodiada con 10 policías cuando a la gente le roban en la calle. Lo más sano era moverlos y esperar que todo se tranquilice”, sostuvo.

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Asimismo, insistió con los reclamos hacia la gestión anterior: "No hubo política de persecución a las organizaciones criminales complejas en el país. Por eso el ingreso de droga se dio como se quería. Nadie la perseguía”.

“En el día de ayer, yo iba a inaugurar las oficinas del registro civil de la ciudad de Rosario y justo me entra una nueva amenaza donde habían dejado una nota a mi familia con un cartel sugestivo de donación de órganos”, había contado este martes en declaraciones a radio Rivadavia y añadió: “Recibí amenazas el primer día de mi gestión, balearon un cajero y un hospital dejándonos amenazas a mi familia y a mí”.

A pesar de la presión sobre su persona y su familia, el Gobernador aseguró que no lo van a "amedrentar" y que seguirá "peleando contra la delincuencia". Además, con respecto a la ciudad más candente del país en materia de delincuencia y narcotráfico reafirmó: “Rosario va a volver a ser la ciudad que fue”.