Tras casi 9 horas de sesión, el Senado convirtió hoy en ley por amplia mayoría el demorado proyecto de ley de Alcohol Cero, que prohíbe la conducción de vehículos con cantidades mayores a cero de alcohol en sangre, y que tiene como objetivo reducir sensiblemente las muertes por siniestralidad vial.   

Con 48 votos afirmativos y 8 negativos, la Cámara alta le dio sanción definitiva a la iniciativa que tenía media sanción de Diputados desde el 24 de noviembre del año pasado, y era resistido por un sector de la oposición.   

El oficialismo votó encolumnado a favor del proyecto, a excepción de los senadores de San Juan y Mendoza, con la salvedad de la vicepresidenta del interbloque del Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti, quien tuvo a su cargo el discurso de cierre con una ferviente defensa a la iniciativa de Alcohol Cero.   

Se trata de provincias cuyos ingresos dependen fuertemente de la actividad vitivinícola y hubo fuertes lobbys de empresas ligadas al sector por temor a que una ley de estas características haga mermar el consumo de ese tipo de productos.