El tercer paro nacional de la CGT contra el gobierno de Mauricio Macri obliga al oficialismo a actuar en diferentes frentes para conciliar con el sindicalismo frente al costo de la medida gremial (cercana a los 28 mil millones de pesos según cifras oficiales). Por eso, y a pesar del clima combativo que hay entre ambos sectores, el ministro de Producción, Dante Sica, admitió que los salarios quedaron desactualizados por la paritaria firmada casi en la mitad de la línea inflacionaria y aseguró que se tomarán medidas para aminorar el impacto de la subida de precios en los salarios.

Si bien el Gobierno reconoce que los salarios quedaron atrasados y admite y negocia la reapertura de paritarias, desde el oficialismo aseguran que el paro tiene fines políticas. En este sentido, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, afirmó que hay sectores del sindicalismo que quieren volver al pasado.

Para los principales gremialistas, la paritaria que cerró Camioneros -bajo la dirigencia de Hugo Moyano- es un punto de inflexión que obliga al Gobierno a reabrir las paritarias. El gremio del presidente de Independiente firmó un aumento del 25% con un bono compensatorio, por lo que sus pares -que cerraron un 15% hace ya varios meses- buscan actualizar su alza salarial en un 10%.

Además, la recesión económica que recién se normalizará a finales de año, lleva al Gobierno a buscar -en el corto plazo- medidas para promover el consumo. Por eso, Sica negocia con las cámaras de Comercio y empresariales en la salida de un nuevo plan Ahora 12. 

"Las paritarias van a tener que ser actualizadas", confirmaron desde el entorno de Sica. En principio, se estipuló que el Gobierno actuaría frente al aumento firmado por Camioneros buscando una intervención judicial por la alta cifra. Sin embargo, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aseguró que el 25% es un buen acuerdo "si el empresariado lo puede pagar”.