La agenda de Alberto Fernández en Europa termina este jueves con una cena en Francia junto a  organizaciones de derechos humanos. El viernes a la mañana volverá al país. Sin embargo, la política exterior del Gobierno continuará para cementar las relaciones con sus vecinos, el principal: Brasil.

Para el 12 de febrero se espera que una comitiva parta de Argentina con destino a Brasilia para entrevistarse con el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo. Junto al canciller Felipe Solá, viajarán el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme. También estará presente el flamante embajador en Brasil, Daniel Scioli.

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El primer objetivo del encuentro será “conocerse”, ya que más allá de una teleconferencia todavía no hubo vínculo entre ambos países desde que Fernández asumió la presidencia. En ese contexto, fuentes de Cancillería confirmaron que buscarán establecer un trato personal entre Araújo y Solá, y  establecer una mirada conjunta del Mercosur. El próximo paso será el encuentro entre Fernández y Bolsonaro.

Objetivo Brasil: Bolsonaro "listo" para recibir a Alberto (y el primer viaje oficial de Solá)

De hecho, en declaraciones a periodistas locales, el presidente de Brasil dijo estar "listo para recibir a Alberto Fernández", y que "va a ser recibido como cualquier otro jefe de Estado". Aunque remarcó sus diferencias con el gobierno al decir que las medidas que tomaron "ya las tomaron en el pasado aquí y no funcionaron".

Scioli comenzó a mostrarse activo con reuniones para afianzar vínculos. El martes, por caso, estuvo con Paulo Skaf, el titular de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo. “Debido al equilibrio de la balanza comercial, estudiamos la implementación de sistemas de intercambio en moneda local que evite el uso inmediato de divisas”, comentó en Twitter. Y adelantó que profundizarán ese tema luego del encuentro de cancilleres que se sumará a la agenda UE-Mercosur.

Uno de los puntos principales que buscará el Gobierno es traccionar un acuerdo en el que Brasil atienda la situación económica del país y se revean los aranceles "caso por caso”. La idea principal rondará en las modificaciones sobre el Arancel Externo Común (AEC), que establece el impuesto que paga cada mercancía que ingresa al Mercosur por cualquiera de los Estados que forman parte. Los mismos se ubican entre el 0% y el 20%. El del país está en el 12% en promedio.

Otro objetivo será mejorar las relaciones con el presidente Jaír Bolsonaro. En Cancillería aseguran que el vínculo "está bien", pese a las expresiones contra el Gobierno que el mandatario tiene en las redes sociales. “Maneja otra dinámica”, dicen.

Foto: Sergio LIMA / AFP.
Foto: Sergio LIMA / AFP.

Bolsonaro lanzó dardos al Gobierno desde que asumió en diciembre, primero cuando anunció que no participaría de la asunción de Alberto Fernández, aunque finalmente sí lo hizo su vicepresidente. También criticó medidas como la doble indemnización por despido sin causa, el aumento del impuesto a la exportación de los granos, el 30% de impuestos para compras en el extranjero y la discusión sobre la legalización del aborto.

En una entrevista que dio esta semana, acusó al país de tener un “gobierno socialista”. “En Argentina duplicaron el valor de la multa de indemnización con el nuevo gobierno socialista que tienen. No se puede despedir a nadie, entonces mi empresa quiebra, pero no puedo despedir a nadie. Nadie va a echar a un buen empleado”, sostuvo.

Otro de los ejes a tratar será que el sector privado pueda participar en las negociaciones de acuerdos por dentro y fuera del Mercosur, al igual que los de libre comercio como el de la Unión Europea. Parte de las industrias a las que buscarán darle participación son la automotriz y la alimentaria, los principales productos que se exportan e importan desde Brasil.