Con una dura alocución contra el progresismo, la izquierda, la "agenda woke y su ideología aberrante", Javier Milei participó este jueves en el Foro Económico de Davos, en el que en 2024 había estrenado como Presidente su prédica internacional en favor de la libertad y en contra de "la amenaza del socialismo empobrecedor para Occidente". En esta ocasión, cruzó al "wokismo" como "el cáncer que hay que extirpar", y resaltó que las cosas cambiaron: "Ya no me siento tan solo porque el mundo ha abrazado a la Argentina".

"Nuestra batalla no está ganada", puntualizó tras hacer referencia al año que pasó desde que se pronunció en el mismo atril. El impacto de aquel primer discurso elevó la vara de la expectativa con que empresarios y líderes políticos y académicos presenciaron esta nueva cita y una nueva alocución con idéntico tono.

"Cuánto ha cambiado en tan poco tiempo. Hace un año me paré aquí frente a ustedes en soledad y dije algunas verdades sobre el estado del mundo occidental que fueron recibidas con cierta sorpresa y estupor por buena parte del establishment político, económico y mediático de Occidente", inició pasadas las 6:20, y agregó: "Un año después, debo voy a decir que ya no me siento tan solo, no me siento tan solo porque el mundo ha abrazado a la Argentina".

"Argentina se ha convertido en ejemplo mundial de responsabilidad fiscal, de compromiso con nuestras obligaciones, de cómo terminar con el problema de la inflación y también de una nueva forma de hacer política, que consiste en decirle la verdad a la gente en la cara y confiar en que la gente entenderá", puntualizó.

No obstante, el foco central de su discurso se centró esta vez en la crítica al "wokismo", al que consideró responsable de ideas "aberrantes" como el "feminismo", el derecho al "aborto", la "agenda LGBT" y "el cambio climático", entre otras.

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"El wokismo pretende secuestrar nuestro futuro", agregó respecto de la presencia en las "principales universidades del mundo" de esa "ideología siniestra" que intenta "desacreditar a quienes se oponen" a ella. "Es el cáncer que hay que extirpar", remató.

"Se inventan cupos para cuantas minorías se les ocurren a los políticos", expresó respecto de la agenda de los "wokes", término con el que los representantes de la derecha suelen nombrar despectivamente a los movimientos progresistas o izquierdistas.

En la misma línea, apuntó contra los "líderes europeos bastante rojitos" que "llamaron a callar a quienes piensan distinto", en una referencia a Pedro Sánchez, quien pidió "acabar con el anonimato de las redes sociales" desde la misma tribuna horas antes.

Milei instó una vez más por la "reducción drástica del Estado y de todas las entidades supranacionales" para "terminar con la venta de favores". 

"Estamos frente a un cambio copernicano de paradigma", añadió y le habló directo "a los líderes del mundo", al decirles: "Pensar como piensan todos y decir lo que dicen todos solo puede conducir al error". "Cuando un sistema se agota, la historia se abre", advirtió y pidió "recuperar verdades que eran obvias y están en la base del éxito que ha sido Occidente".

A diferencia del año previo, en esta oportunidad Milei apeló a los resultados logrados en su primer año de gestión, que cerró con inflación y Riesgo País en baja, superávit fiscal, dólar estable y actividad económica con síntomas de recuperación, en medio de una ola de reformas políticas con el principal objetivo de desmantelar la burocracia y desregular el Estado.

"Hagamos a Occidente grande nuevamente", finalizó, en un juego de palabras con la propuesta de Donald Trump en Estados Unidos. Y citó en el cierre parte del Himno Nacional: "Libertad, libertad, libertad".