No fue el mejor jueves santo para el Gobierno de Cambiemos. Luego de anunciar una batería de medidas económicas para combatir la recesión económica, los mercados le dieron la espalda a Mauricio Macri.

Las acciones de las empresas argentinas se desplomaron un 8% en promedio en Wall Street y el Riesgo País alcanzó los 854 puntos. Niveles a los que no se llegaba desde 2014, cuando gobernaba Cristina Fernández de Kirchner.

Por aquel entonces, la Corte Suprema de los Estados Unidos había rechazado la petición argentina de revisar el fallo del juez Thomas Griesa, que impedía el pago de vencimientos de deuda reestructurada en el canje de 2005.

Medidas erradas y miedo a Cristina: la explicación de Willy Kohan para el duro revés de los mercados

Según el analista económico Willy Kohan, el duro revés de los mercados se debe a dos factores provocados por Cambiemos: la aplicación de medidas económicas erradas y la posibilidad latente de un triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones de octubre.

"La inflación no se resuelve con los Precios Cuidados", indicó Kohan, en diálogo con Nicolás Wiñazki y Marcela Pagano, en TN Central.

"La decisión de suspender aumentos ya programados afecta directamente en el valor de las empresas argentinas, para colmo también se removió el impuesto de los bancos al depósito de efectivo", explicó en línea con el derrumbe de las acciones de los principales bancos argentinos (Galicia, Macro, Francés y Supervielle).

Medidas erradas y miedo a Cristina: la explicación de Willy Kohan para el duro revés de los mercados

A su vez, indicó que el aumento de 30 puntos del Riesgo País no solo se explica en la batería de medidas equivocadas. Para Kohan, el récord en el índice elaborado por el J.P. Morgan se debe también a las serias chances que tiene la expresidenta de retornar al poder.

Luego de dos corridas cambiarias en 2018, una devaluación del 50% de la moneda local, un desempleo en niveles de 2002 y una recesión económica sin fecha de vencimiento, la imagen de Mauricio Macri cayó en picada, mientras que Cristina -oculta, silenciada e inoxidable- trepa en las encuestas y se erige como ganadora de un eventual ballotage.