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Durante mucho tiempo estuvo en la sombra del poder, logró pasar sin problemas los radares y su nombre y su rostro era, salvo en el círculo rojo en donde todos se conocen con todos, hasta hace poco un enigma. Algo cambió en el primer mes del 2018 para Dario Lizzano, cerebro y brazo ejecutor de PointState Argentum. Esta empresa, filial de la norteamericana PointState Capital, tiene el 44% de la empresa energética Genneia, que en mayo de 2017 adquirió por 40 millones de dólares el parque eólico Loma Blanca IV a Sideli SA, del Grupo Macri, salió de gira con la chequera. Luego de comprar la constructora TGLT de Nicolás Caputo, el "hermano de la vida” del Presidente, ayer compró el 100% del Sheraton Buenos Aires Hotel & Convention Center y del Park Tower que era propiedad del Marriott por US$ 100 millones.

Lizzano es un ex JP Morgan que dió sus primeros pasos en el Banco Piano. Quedó bajo los radares cuando, a través de Genneia, energética que maneja junto a la familia Brito "compró” al Grupo Macri un parque eólico que este a su vez le había comprado la quebrada española Isolux. En ese simple pase de manos, el holding de la familia del Presidente ganó más de 48 millones de dólares. Los Brito no son los únicos socios en la empresa: también está el mexicano David Martínez, socio de Clarín en el flamante grupo Telecom-Cablevisión y Delfín Carballo, el socio del Banco Macro, cercano al presidente.

Con pragmatismo y vaticinando una victoria de Cambiemos supo aconsejar al ceo de PointState Capital, Zach Schreiber, que si Macri ganaba era la oportunidad de generar "ganancias extraordinarias”. Dicho y hecho: con un fondo de u$s 1.500 millones ingresaron en el negocio de la energía. Bajo la excusa de la "emergencia energética”, el Estado le aseguró tarifas varias veces superiores a lo que se paga en el exterior.

Según publicó el sitio La Política Online, la relación de Lizzano con Macri es tan buena que el mandatario lo recibió junto a su jefe, Zach Schreiber en el moderno hotel The Mark del Upper East Side en su último viaje a Nueva York.

Ahora con la compra del Sheraton, Lizzano volvió a subir a la superficie. Se especula que además de mantener el hotel, el empresario construirá un complejo de torres para oficinas.