Lula tomó el poder de un Brasil fuertemente dividido con la esperanza de reeditar sus años de bonanza
El líder del PT, que venció al derechista Bolsonaro en las últimas elecciones, asumió al frente del Planalto.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, juró hoy como nuevo presidente de Brasil ante el Parlamento en reemplazo del saliente Jair Bolsonaro.
"Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil", expresó el líder del PT con la mano en la Constitución, ante un auditorio colmado, entre quienes estaban el mandatario argentino Alberto Fernández.
Lula Da Silva, que tendrá mandato hasta el 31 de diciembre del 2026, aseguró que su asunción es la "victoria de la democracia" ante las "amenazas" de los sectores de la derecha que aún no reconocen su triunfo.
"Fue la democracia la gran victoriosa", que "superó" las "más violentas amenazas a la libertad del voto", apuntó en referencia a la campaña contra el sistema de votación que libró Bolsonaro, su rival en las elecciones de segunda vuelta de octubre pasado.
"Bajo los vientos de la redemocratización decíamos: ¡dictadura nunca más! Hoy, tras el terrible reto que hemos superado, debemos decir: ¡democracia para siempre!", enfatizó Lula Da Silva.
Según dijo, "el diagnóstico que recibimos del Gabinete de Transición es terrible".
"Los recursos sanitarios se han vaciado. Han desmantelado la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública", lamentó.
El jefe de Estado brasileño se comprometió a asistir a las capas más pobres de la sociedad.
"Ninguna nación se ha levantado ni puede levantarse sobre la miseria de su pueblo. Este compromiso empieza por garantizar un Programa Bolsa Família renovado, más fuerte y más justo para atender a los que más lo necesitan", indicó.
En ese sentido, sostuvo que las primeras medidas del Gobierno tendrán como prioridad "rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina".