Mientras la mesa chica del Poder Ejecutivo busca darle un rol más político a la Jefatura de Gabinete para que puedan acelerarse las negociaciones con la oposición -sobre todo en manos de Guillermo Francos- el exministro del Interior cuenta con el respaldo del presidente Javier Milei para poner en juego algunas concesiones a fin de lograr la tan ansiada y tan demorada sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal.

El flamante jefe de Gabinete manifestó en las últimas horas que la mega normativa sería aprobada en el Senado en el curso de la semana del 10 de junio, para luego volver a la Cámara de Diputados y ser finalmente ratificada en julio. Este esquema responde a que el Ejecutivo ya descuenta ceder a parte de las modificaciones que pretenden los senadores para que los proyectos no vuelvan a naufragar en el Congreso como sucedió en su primer intento por concretarlos, allá por el verano.

"Uno aprende de los errores y trata de cambiar, mejorar y comprender al otro", expresó Francos sobre el extenso debate que llevan las propuestas oficialistas en diálogo con La Nación+. Asimismo, agregó: "La Ley de Bases va a salir, saldrá del Senado. Espero que la semana siguiente el recinto probablemente apruebe la ley y no haya más modificaciones, y después tiene que volver a Diputados por las modificaciones".

TE PODRÍA INTERESAR:

En tanto, el alfil libertario deslizó una autocrítica sobre las complejidades tanto de los textos como del contexto, y del apuro inicial del Gobierno nacional por aprobarla: "Ha pasado tiempo. Es un tiempo en que la política en general ha tenido que digerir este espacio político nuevo que ha aparecido en la Argentina. Y tal vez nosotros no supimos comprender de entrada que ese tratamiento iba a ser tan complejo, y tal vez la ley que presentamos al principio fue mucho más amplia y quizás por eso nos llevó al intento fallido".

En otro segmento de la entrevista televisiva, el jefe de Gabinete se mostró muy duro con los legisladores de Unión por la Patria, a los que diferenció del resto de los bloques partidarios y sobre los que afirmó que "quieren, equivocadamente, que al Gobierno le vaya mal".

En tanto, señaló que "el resto ha sido colaborativo", ya que se trabajó "casi tres meses en Diputados y un mes en el Senado", en los que se ha "mejorado el texto de la ley". "En algunas cosas no estamos de acuerdo, pero es el juego de la política. Mientras sean limpias, las discusiones son buenas. Siempre hay intereses contrapuestos", concluyó el principal funcionario sobre el que descansa el Gobierno nacional para la definitiva sanción de sus planes fundacionales.

Según la proyección oficialista, Francos logrará negociar el articulado conflictivo con los gobernadores y los bloques de senadores aliados de aquí al 10 de junio, ya que el funcionario fue el encargado de destrabar el miércoles pasado el dictamen en comisiones, que iba camino a otra demora para ambos proyectos por una semana más.

Finalmente, tras un encuentro con los representantes Edgardo Kueider (Unidad Federal), Guadalupe Tagliaferri (PRO) y José Carambia (Santa Cruz), el jefe de Gabinete junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel consiguieron las firmas que necesitaban. Ahora que llegará al recinto, según el "poroteo" que hace la Casa Rosada, el oficialismo tiene a 37 senadores de su lado y a 34 en contra para la aprobación en general de la ley, con el resto en duda por el momento. Con ellos deberán hablar para dar el gran paso.

Hasta acá, el Ejecutivo concedió que haya un régimen especial en el piso del impuesto a las Ganancias para las provincias patagónicas, tal como reclamaban, además de que incluyó beneficios para los proveedores nacionales en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) y restringió las posibilidades de acceso al blanqueo de capitales, entre otras peticiones claves desde el otro lado del mostrador. No obstante, resta además que esos acuerdos puedan permear en la Cámara baja cuando lleguen los textos con modificaciones al punto de origen.