Lo que menos preocupa al Gobierno de la definición de la Corte Suprema es la parte económica. El ministro Dante Sica aseguró que tendrá un impacto económico prácticamente nulo y más si es “escalonado”. Sin embargo, la gran inquietud que asoma a estas horas al presidente Mauricio Macri es la soledad del presidente del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz, que volvió a quedar en minoría por cuatro a uno (el caso anterior había sido la votación del 2x1 a represores de la última dictadura) y trunco de poder en el manejo administrativo y económico de la CSJN.

A través de la acordada 44/2018, el power trío decidió que el presidente de la Corte ya no podrá realizar las contrataciones en el Poder Judicial sin las firmas de al menos tres ministros, que incluso pueden excluirlo del acuerdo. Es decir, que las designaciones que durante años realizó Ricardo Lorenzetti no correrán con la misma suerte para Rosenkrantz, que presentó su disidencia. Pero ni siquiera la vicepresidenta, Elena Highton de Nolasco lo acompañó y optó por no firmar ninguna de las dos opciones. 

En sintonía con el asilamiento al supremo, ell lunes a la tarde ya estaban listos los votos de una mayoría integrada por Lorenzetti, Maqueda y Horacio Rosatti, en contra del Gobierno. La única disidencia era de Carlos Rosenkrantz, presidente del tribunal. ¿La incógnita? Highton de Nolasco, alguna vez defensora del Isbic. Al final, el voto de esta última cortesena fue en concordancia con la mayoría, configurando el cuatro a uno en contra de la fórmula Ripte que proponía el Poder Ejecutivo.

Ante la mirada atenda del FMI, la Corte fallará en contra de la búsqueda del déficit cero.

De esta manera, la gran molestia en Casa Rosada es la rebelión de la Corte Suprema y el impacto que esto pueda tener en los mercados y, sobre todo, en la mirada atenta del Fondo Monetario Internacional. Lejos de acompañar el reformismo presidencial y “bancar el ajuste” que piden los mercados, la CSJN juega sus propias cartas y no escucha los ruegos presidenciales. La ecuación que aparece en Casa Rosada a estas horas es sencilla: si la Corte falla en cuestiones económicas en contra del ajuste, ¿cómo se puede recuperar la confianza de los mercados?

El oficialismo movió todos los hilos posibles para evitar el fallo adverso o, al menos, postergar la decisión del tribunal. Sin éxito, la Corte le asestó un nuevo golpe al macrismo, con cada vez menos afiliados en el Círculo Rojo

En ese sentido, el analista político Carlos Pagni reveló el lunes por la noche un diálogo que Macri mantuvo con Ricardo Lorenzetti. El periodista aseguró que el presidente le puso un ultimátum al magistrado: “Le dijo que éste era el ‘pasa o no pasa’ en la relación entre ambos”. No obstante, ésta no fue la única interna que el editorialista de LaNación reveló; también contó que el ministro de Justicia, German Garavano, se reunió con Elena Highton de Nolasco para convencerla de que falle a favor del Gobierno en la cuestión previsional. Al parecer el funcionario no tuvo éxito.

Votaron a favor  de la fórmula Isbic Lorenzetti, Maqueda, Horacio Rosatti y Highton de Nolasco,

El cóctel que se configura este martes significa un duro golpe al Gobierno. Por un lado, ante la mirada del mundo, el máximo tribunal volvió a mostrar su “autogobierno” en una decisión clave, que aleja todavía más al oficialismo de volver a realizar una reforma jubilatoria (con aumento de edad jubilatoria y nuevas reducciones de haberes). En tanto, en las calles, la movilización convocada por la CTA, las 62 organizaciones que la integran y el Frente Sindical vuelven a exhibir la pérdida de poder de la Casa Rosada frente a la sociedad.