América del Sur oficializó su giro ideológico. Los presidentes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay y Guayana firmaron la consitución del nuevo bloque Prosur, que terminó por enterrar la Unión de Naciones Suramericanas -Unasur- que habían fundado Néstor Kirchner, Evo Morales, Lula Da Silva, Tabaré Vázquez y Hugo Chávez cuando dominaban la región.

La propuesta, que había sido impulsada por los gobiernos de Chile y Colombia, es ahora una realidad, que se aggiorna a las nuevas necesidades de los mandatarios sudamericanos.

El nuevo organismo descentralizado fue bautizado en la capital chilena, donde Mauricio Macri aprovechó para reunirse con Sebastián Piñera. El primer comunicado hizo clara alusión a Venezuela, al certificar que en el espacio deberá existir "plena vigencia de la democracia y de los respectivos órdenes constitucionales". 

Pese a que no pactó ningún encuentro bilateral, el primer mandatario se encontró con Jair Bolsonaro luego de la cumbre que tuvo con Donald Trump. En la Casa Blanca, acordó con su par estadounidense la compra de 750.000 toneladas anuales de trigo, lo que representa un fuerte golpe para Argentina, que el año pasado le exportó 6.000.000 de toneladas.

Mientras la recesión económica no vislumbra una fecha de vencimiento y el Banco Central hace malabares para controlar al dólar, el vínculo comercial del nuevo mandamás brasileño con el magnate norteamericano genera dolores de cabeza en el Ejecutivo, que recibe dólares desde Estados Unidos únicamente mediante la exportación de limones.