De cara a la sesión especial de este jueves 3 de abril en el Senado para debatir los pliegos que designan a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como jueces de la Corte Suprema, el oficialismo lucha por torcer el brazo a la oposición y evitar así un eventual rechazo.

Mientras el Gobierno insiste con los nombramientos del titular del Juzgado Federal N°4 y del académico -quien ya desempeña como ministro del Máximo Tribunal tras ser proclamado "en comisión"-, desde el kirchnerismo aseguran que cuentan con al menos 25 voluntades para voltear ambas propuestas.

Ese número es suficiente para evitar llegar a los dos tercios de votos positivos de los legisladores presentes, que La Libertad Avanza necesita sumar para aprobar los pliegos de los candidatos que Javier Milei designó "en comisión" por decreto.

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Según trascendió, la nominación de Lijo contaría con alrededor de 30 sufragios en contra, correspondientes a senadores kirchneristas y al menos tres radicales que ya manifestaron su oposición: Pablo Blanco, Carolina Losada y Martín Lousteau.

En tanto, la de García Mansilla tendría más de 34 rechazos, ya que su postulación sería objetada por todos los integrantes de Unión por la Patria y parte de otros bloques.

Uno de ellos es, una vez más, el radicalismo, que firmó en la comisión de Acuerdos un despacho para voltear los pliegos, al igual que el kirchnerismo. Para negociar sus voluntades, el peronismo que se referencia en Cristina Kirchner exige al menos un cargo en la Corte para una mujer respaldada por la expresidenta.

En este marco, a la Casa Rosada, que se niega a esa posibilidad, le quedan pocas alternativas para sortear un fracaso en la Cámara alta: evitar alcanzar el quorum, postergar la convocatoria o directamente retirar las candidaturas, aunque esta última opción está descartada por el momento.