Una de las llaves que abrió el cofre legislativo durante el 2017 que necesitaba el Gobierno tiene nombre y apellido: Miguel Ángel Pichetto. El poderoso senador rionegrino lidera el Interbloque Argentina Federal, que nuclea a todo el peronismo no kirchnerista que dependen de "la liga” de los gobernadores. "Si logramos ventajas para nuestras provincias, cómo no íbamos a votar”, aseguró, y acusó a la ex presidenta Cristina Kirchner de tener una visión de una oposición "dura”, casi en la "periferia del sistema”.

 "Que primero el Gobierno arregle con los sindicatos. No estamos dispuestos a tolerar que se construyan iniciativas que no son defendidas por el propio gobierno. Durán Barba cree que gobernar es hacer una elección"

"No vamos a jugar con los tiempos del Gobierno. Además, que primero el Gobierno arregle con los sindicatos. No estamos dispuestos a tolerar que se construyan iniciativas que no son defendidas por el propio gobierno. Durán Barba cree que gobernar es hacer una elección, dijo en diálogo con el diario La Nación y se identificó como "una oposición racional, democrática, que plantee alternativas y cambios en los proyectos. No creo en la violencia, en la plaza que tira piedras.

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El pedido de desafuero y detención que dictó el juez federal Claudio Bonadio, reconfiguró la dinámica en la Cámara alta. Tanto el Gobierno, como en el kirchnerismo, saben que Pichetto tiene en sus manos el destino de CFK. Hoy reconoce que esa posibilidad es lejana pero no le cierra la puerta del todo y para eso cita al ex presidente Carlos Menem: "el caso Menem tiene que ver con una visión de protección de los fueros y de la representación parlamentaria y legítima en términos electorales, que implica la sentencia definitiva y el principio de cosa juzgada. Lo haremos en marzo discutir el desafuero), cuando se constituyan las comisiones”.

La triada del "reformismo permanente” tendrá su última función en febrero, cuando el Ejecutivo pida nuevamente las sesiones extraordinarias en el Congreso para tratar la reforma laboral. Ante esa posibilidad, sostuvo que "no cree" que para febrero se constituya la Comisión de Trabajo . "No tengo ningún interés en hacerlo. Porque no vamos a jugar con los tiempos del Gobierno”, apuntó.

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Como si fuera una ecuación sin solución momentánea, el senador se refirió a la posibilidad de "reconciliarse” con el kirchnerismo tras el divorcio político que ocurrió post mazazo electoral del 2015. "Nunca se puede decir no en política. Pero para que eso ocurra tiene que haber una visión de país que podamos compartir, un proyecto político de reconstrucción del peronismo. El peronismo expresa a 10 millones de personas que trabajan todos los días y sostienen el movimiento económico del país, no sólo a los sectores minusválidos de la sociedad. Hay que encontrar un discurso de centro nacional que represente a los gobiernos de provincia y al movimiento obrero. Nosotros no somos la izquierda progresista capitalina o el entrismo (sic) de partidos que nutrieron los últimos años del gobierno kirchnerista”, enfatizó.