El cristinismo sale a roer a Guzmán ¿y a Alberto? por la interna con Basualdo
Se abrió un fuerte conflicto interno en el Gobierno.
Una inesperada pero feroz interna surgió en la coalición gobernante del Frente de Todos. Funcionarios cercanos a Cristina Fernández de Kirchner salieron hoy a respaldar a Federico Basualdo, subsecretario de Energía, tras las versiones de que renunciaría por pedido del ministro de Economía, Martín Guzmán, bajo la justificación de “incompetencia”.
“Es un excelente funcionario”, expresó el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, al ser consultado por Basualdo. Así, abrió el abanico de defensa de una parte del oficialismo. Un abanico que, por detrás, lanza un tiro por elevación a Guzmán. “Si se habla de un aumento (de tarifas eléctricas), no puede superar al que se estableció del 9%: esa discusión está saldada. Aumentos mayores, con los bolsillos flacos y con momentos de pandemia, es muy difícil pensar”, agregó, cuestionando al ministro.
Otro que declaró sobre el asunto fue Aníbal Fernández, actual interventor del Yacimiento Carbonífero Río Turbio (YCRT). “Esas cosas se resuelven en la cabeza del Presidente, fue un error eso de estar sacando a relucir trapitos”, dijo, sobre la filtración de la posible renuncia del funcionario de Energía. De todas formas, dejó en claro que le tiene “un enorme respeto a Guzmán”.
Desde el ámbito de Kicillof, el ministro de Desarrollo Social bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque -referente histórico de La Cámpora- criticó al titular de Economía en otro orden de cosas, pero con el mismo tono. “Es indispensable que continúe el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Creemos que debemos reconvertir esas instancias en políticas para que no reciban ningún tipo de cuestionamientos”, manifestó ante Radio Provincia, en referencia a la suspensión de esa ayuda social, que fue una decisión promovida por el entorno de Guzmán.
El conflicto no le sienta bien bajo ninguna circunstancia al ministro que, entre otras cosas, se encuentra en plenas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París por las deudas que acumula Argentina. Semanas atrás viajó a Europa en busca de respaldo para encarar los diálogos formales con los organismos. Los resultados habían sido positivos, pero el escenario se opacó y, por si fuera poco, el próximo 31 de mayo debería saldarse la cuenta de U$D2.400 millones con los acreedores franceses. Uno de los objetivos de Guzmán en su última gira europea era extender el plazo de la deuda, pero desde París le solicitaron certezas y avances con el FMI, por lo que aún no se llegó a buen puerto.
En este marco, el poder de Alberto Fernández queda visiblemente agrietado frente al de Cristina, como un karma nacido junto a la fórmula presidencial, en momentos donde la pandemia no da tregua y el escenario económico se presenta más que complicado.