El desafuero de la senadora Cristina Kirchner divide a la oposición. Mientras el peronismo dialoguista, convertido a través de una foto en una propuesta hacia 2019, ve una oportunidad, el macrismo, bajo la doctrina del ecuatoriano Jaime Durán Barba, apuesta a la grieta y la polarización con CFK para conseguir la reelección con los números económicos en rojo.

El oficialismo ya marcó una postura en cuanto a los desafueros que está amparada en el caso de Ayda Ayala, la exitendenta sospechada de corrupoión. El titular de Cambiemos en el Senado, Federico Pinedo, aseguró que votarían a favor de quitarle los fueros a Cristina sólo en el caso de que el pedido de prisión domiciliaria sea ratificado por la Cámara de Apelaciones (es decir, segunda instancia).

El oficialismo asume que haber tomado esa decisión podría convertirse en una trampa autoinducida.

De todos modos, el oficialismo asume que haber tomado esa decisión podría convertirse en una trampa autoinducida, ya que de ratificar la Cámara de Apelaciones el fallo, entonces deberían desaforar a la expresidenta, algo que podría perjudicar a Cambiemos de cara a las elecciones 2019.

Desafuero de Cristina: la búsqueda del PJ dialoguista de ensanchar la avenida del medio

La nueva propuesta peronista, que quedó sellada después de la foto entre Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti tiene opiniones encontradas en cuanto al desafuero de Cristina. Pichetto, el que mayor cantidad de veces se pronunció sobre este tema, mantiene la postura de no desaforar a la expresidenta.

Sin embargo, el salteño Urtubey, manifestó que "Cristina es la única que le garantiza el triunfo al Gobierno”. "Kirchnerismo y macrismo se retroalimentan, uno no puede vivir sin el otro. Pero la gente que está descontenta no va de uno al otro, se corre de los dos. Un 50% de los argentinos no quiere saber nada con ellos", remarcó.

Juan Manuel Urtubey: "Yo avanzaría en el desafuero de Cristina Kirchner"

El desafuero de CFK podría generar dos cosas en el electorado: convertirla en una perseguida política, lo que podría aumentar su caudal de votos; o terminar por consolidar a la fuerza de la ancha avenida, que se manifiesta como una expresión entre el pasado que encarna Cristina y el futuro poco prometedor que muchos ven en Macri.

Por eso hay, más que nunca, muchas miradas del círculo rojo están posadas en las elecciones de Brasil. Por ahora, el candidato de Lula da Silva, Fernando Haddad, ganaría en segunda vuelta contra el conservador Jair Bolsonaro, potenciando el liderazgo de la centroizquierda en la región. Los políticos argentinos ven los comicios brasileños como un experimento que podría tener su correlación el año que viene.