A sólo siete días de las PASO, casi todas las encuestas arrojan una ventaja para Alberto Fernández. En el promedio de los sondeos existe una diferencia de cuatro puntos. En los más abultados llega a ser de diez y en los más parejos, de un punto. Como en las presidenciales no hay más de una fórmula por partido, las primarias abiertas actuarán como una rigurosa encuesta para que cada candidato sepa dónde está parado. Un resultado muy favorable para la oposición podría generar una rápida dolarización de activos en la economía. 

El oficialismo intenta transmitir que una derrota leve en las PASO sería fácilmente remontable de cara a octubre. Para el editorialista Joaquín Morales Solá, "altos funcionarios macristas señalan que prefieren una derrota de entre 2 y 4 puntos porcentuales a una módica victoria; esta podría crear un prematuro y desventajoso triunfalismo”. 

La cuenta que hacen en Casa Rosada es que del resto de los candidatos, sobre todo Roberto Lavagna y José Luis Espert, lograrían obtener más votos que Fernández en una elección más polarizada. Señalan que los discursos de estos dos candidatos son profundamente antikirchneristas y que podrían quedarse, eventualmente, con un 80% de los votos de ellos. Los dos podrían sacar, en las PASO, entre un 12 y un 15%, según las encuestas.

También apuestan a que, de cara a octubre, la economía muestre más señales de recuperación y el consumo siga creciendo gracias a los programas kirchneristas que el Gobierno implementó para la contienda electoral. Los microcréditos al consumo, el Ahora 12 e incluso el congelamiento de tarifas. La iniciativa de poner dinero en la calle se ve clara cuando se analizan las metas de emisión monetaria del Banco Central, que habrían sido incumplidas por casi 40 mil millones de pesos si no fuese porque Guido Sandleris cambió la forma en que se contabilizan, pasando de mensuales a bimensuales. 

El cierre del dólar del viernes, a $45,60, no fue una buena noticia para el Gobierno. Aunque el Central tiene un importante poder de fuego para controlar la divisa, la presión cambiaria podría generar que se ingrese al período clave electoral con un tipo de cambio alcista y, lo que es peor para el oficialismo, en las tapas de los diarios. El resultado de las PASO también jugará un rol importante en ese sentido. Una diferencia abultada a favor de la fórmula Fernández-Fernández podría derivar en una dolarización abrupta y una gran salida de capitales. Lo que, finalmente, se reflejaría en un nuevo aumento del dólar.