Después de una jornada de furia desatada por la votación de Argentina en contra del embargo estadounidense a Cuba ante la ONU en la que Javier Milei decidió desplazar a Diana Mondino, el flamante canciller designado en su lugar, Gerardo Werthein, tendrá como desafío central alinear la política internacional a los intereses del Gobierno. La agenda comenzará con una primera parada internacional del Presidente en la reunión del G20 en Brasil, y seguirá con la posible llegada a Buenos Aires de la premier italiana, Giorgia Meloni, y tendrá como punto clave la visita del mandatario libertario a China para participar de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

El ministro de Relaciones Exteriores y Culto, quien se desempeñaba hasta ahora como embajador argentino en Estados Unidos, deberá cumplir con uno de los roles más complejos: mantener la línea política de la Casa Rosada de cara al mundo, justamente en tándem con el país norteamericano y con Israel, a los que el Ejecutivo considera sus dos principales aliados.

El empresario que ahora es el máximo responsable de la diplomacia argentina fue quien antes de convertirse en embajador acompañó a Milei en uno de los primeros viajes que hizo como presidente electo en noviembre de 2023, cuando tras ganar el balotaje visitó Washington y estuvo en la Casa Blanca.

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En su nuevo rol en la Cancillería, Werthein enfrenta una intensa agenda de actividades ya pautadas, que comenzarán el 18 y 19 de noviembre cuando el Presidente asista a Río de Janeiro para la cumbre de líderes del G20, en la que habrá representantes de 19 países, la Unión Africana y la Unión Europea.

El evento estará encabezado por el presidente de la nación anfitriona, Luiz Inacio Lula da Silva, pero Milei no tiene previsto por el momento pedir una bilateral con su par brasileño, con quien mantiene públicas e importantes discrepancias ideológicas. No obstante, la cita podría ser excusa para el encuentro con otros referentes internacionales.

En tanto, se baraja en el Gobierno la posibilidad de una visita a Buenos Aires por parte de la primera ministra de Italia, con quien el Presidente tiene una buena relación y con quien se ha reunido en Europa, luego de que la líder de derecha lo invitara a una cumbre del G7 que se realizó a mediados de junio en Bari. 

Según trascendió, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, es quien está a cargo de los arreglos para esa bilateral. Dado que Mondino no habría tenido injerencia al respecto, habrá que ver si Werthein se suma para que estas negociaciones lleguen a buen puerto y se concrete la visita.

Finalmente, el desafío tal vez más complejo y más distante en el tiempo es el del viaje del "primer presidente liberal libertario del mundo" a China, donde gobierna un régimen comunista y se llevará a cabo la reunión de la CELAC entre finales de marzo y principios de abril del 2025.

Si bien el alineamiento público de Milei a Estados Unidos e Israel se mantiene desde el día cero de su gestión, en el caso del gigante asiático -uno de los principales socios comerciales de Argentina- la situación es diferente. En el último tiempo, el Presidente ha mostrado un giro en el último tiempo, luego de reconocer que se "sorprendió gratamente" con ellos durante las conversaciones por el swap que renovó el país con Pekín.

Pese a las rotundas diferencias ideológicas, la administración libertaria intenta mantener el equilibrio y un buen tono con sus socios chinos, a la vez que hace pie con la Casa Blanca, que rechaza las inversiones del régimen de Xi Jinping en América Latina. El rol del flamante canciller en este juego de ajedrez, y sus diferencias con el reciente desempeño en materia diplomática, aún están por verse.