Marcos Peña y Germán Garavano están invitados a tomar un té. Pero no cualquiera: del otro lado de la mesa están los cinco jueces que conforman la Corte Suprema de Justicia de la Nación. ¿El motivo de la bella reunión? Las pretendidas reformas al Poder Judicial.

Desde el Gobierno, impulsaron la idea el año pasado: quieren reformular la famosa feria judicial, implementar el expediente electrónico, cambiar la cantidad de recursos que pueden presentar los abogados para agilizar las causas.

En la Corte, coinciden en la importancia de ir, gradualmente, desterrando el papel de los Tribunales. Los otros puntos tienen otras particularidades e internas más complejas. Con respecto a la feria y a la ampliación del horario judicial, el repudio de jueces, fiscales y empleados es total. Muchos son los magistrados que recuerdan que, si bien atienden hasta las 13:30 al público luego se sigue trabajando.

"Quieren cambiar la feria y el horario pero es todo cosmético, una publicidad", dice uno de los jueces que participó de los paneles que se organizaron en la Corte en marzo. Para la mayoría de los asistentes a esa jornada, un real cambio de las reglas de juego judiciales no implica un cambio de horarios sino una reasignación mayor de recursos y otro sistema de trabajo.

Lorenzetti, quién habla seguido con Garavano, sabe la postura de los jueces al respecto de esto así como también conoce que no tendrá su apoyo si decide pactar con Peña y el ministro de Justicia al respecto de este tema. La foto de los cinco supremos con los dos funcionarios es un mensaje a varios actores: a Lilita Carrió en medio de su cruzada contra el presidente de la Corte, a los federales de Comodoro Py y hacia adentro de Cambiemos.

Que estén los cinco jueces invitados también da la pauta del protagonismo que pretenden algunos de ellos en el año en que se debe definir si Lorenzetti sigue en la presidencia del tribunal más importante del país.

Moro Style

Uno de los trasfondos que está en disputa es el paso a un sistema acusatorio, donde los fiscales sean los que llevan adelante las investigaciones, como sucede por ejemplo a nivel provincial. El sistema es resistido por algunos que no quieren resignar el poder que tiene actualmente. 

A otros les agradaría más algo similar a lo que tiene Brasil, donde un juez puede condenar luego de la investigación. El héroe en esa declamación en Sergio Moro, el magistrado que ordenó detener a Lula.

Una nota en el diario "La Nación" del domingo despertó risas y críticas entre magistrados. Como parte de la previa a esta reunión, distintos jueces de Py hablaron en off sobre las dificultades de investigar y los resultados de la auditoría que hizo el Consejo de la Magistratura. 

En el medio de la nota, un juez aseguraba: "si queremos que las causas lleguen a juicio tenemos que bajar el estándar de nivel de prueba. Este Código nos exige muchas pruebas para procesar, es una locura”. 

La nota comenzó a circular por los whatsapp tribunalicios. Entre risas, muchos hablaban de los "mamarrachos" que llegan a juicio. "Si estos dicen que necesitan muchas pruebas y sin embargo llega todo así, no me quiero imaginar otro escenario", escribió un camarista. Otro contestó desde la indignación: "para muchos federalitos, una nota de domingo ya es prueba suficiente de procesamiento".

En el medio, los abogados están alarmados por la ola de "exceso de pruebas" y recorte de recursos. Creen que, si se limita la cantidad de apelaciones y escritos, podría afectarse el derecho a defensa. La grieta en Tribunales está más linda que nunca.