Chino Navarro: “Hay que reconfigurar la unidad e incorporar actores que hoy están fuera"
Mano a mano con el referente de Movimiento Evita. El Frente de Todos, que “es mucho más que Alberto y Cristina”, el reconocimiento de la crisis interna y el ¿error? de no haber dirimido las diferencias en 2019.
En cada crisis política del Frente de Todos –además del sindicalismo de la CGT, algunos gobernadores e intendentes y otras organizaciones sociales afines al presidente– el Movimiento Evita fue uno de los pilares del dispositivo albertista que sujetaron al jefe de Estado. Sobre todo, en momentos en los que los sectores vinculados al Instituto Patria hicieron notar su disconformidad con la gestión.
Uno de sus principales dirigentes nacionales, Fernando ‘Chino’ Navarro, conversó con El Canciller y se refirió a la última patada al tablero frentetodista por parte del kirchnerismo: el voto en contra a la autorización del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional. “El acuerdo con el FMI es una excusa, un disparador; el problema de fondo no es ese”, precisó el secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete.
- ¿Cómo ves la situación actual del Frente de Todos?
Veo una crisis de una coalición que indudablemente se conformó bajo el entusiasmo de ganarle a (Mauricio) Macri, más por un componente electoral que por un acuerdo programático. Entonces tenemos diferentes miradas respecto a cuestiones varias. Eso, además de cuestiones que hacen a la puja de posiciones internas, hace que la convivencia se haga muy difícil. El acuerdo con el FMI es una excusa, un disparador; el problema de fondo no es ese. Estamos en un momento muy delicado, donde me parece que no hay otro camino que recomponer la unidad de la coalición, reconfigurándola –incluso en términos de representación– e incorporando a otros actores que hoy están afuera.
- Antes las diferencias eran en cuanto a la praxis –el “funcionarios que no funcionan”–, y hoy se convirtieron en más programáticas. ¿De qué forma pueden coexistir los distintos sectores sin que eso implique una parálisis en la gestión?
Hay una mirada común y parecida. Por eso somos peronistas, fuimos compañeros del Frente para la Victoria y nos reencontramos en el Frente de Todos. Lo que no hay a veces es acuerdo en cómo se implementa: todos entendemos que los sectores más pudientes tienen que pagar la tarifa de gas y de luz sin subsidio, en lo que no hay acuerdo es en cómo se segmenta; todos coincidimos en que tiene que haber una política donde la justicia social sea el norte, pero algunos creen que la solución en la crisis es un salario único universal y otros creemos que se requiere trabajo y más inversión productiva; en la relación con el campo, todos pensamos que hay que dejar de confrontar, pero no todos tenemos la misma mirada sobre si la relación debe ser de tensión permanente o de construcción de un acuerdo en términos de ganancias y distribución de roles. Estamos de acuerdo en la cuestiones de fondo, lo que no hay a veces es sintonía fina.
- Muchas de esas cuestiones parecieran ser binómicas, o una postura o la otra. Y en algunas no se avizora un punto medio o gris. En esos casos, ¿cómo se deberían dirimir?
En el marco del sentido común y de la historia argentina, comparando las situaciones parecidas de países hermanos, viendo cómo se desarrolla en otras partes del mundo la relación del Estado con los sectores productivos. En el caso de la economía popular y la agricultura familiar, hay sectores del Frente que no lo ven. Es más, lo desmerecen. Y hay otros que consideramos que son instrumentos más que válidos no solamente para generar trabajo y construir equidad, sino que hasta podes generar divisas. Son diferencias que tienen que ver porque son temas nuevos y no ha habido tiempo de debate ni de práctica. Porque se parte de eso que vos dijiste: o es blanco o es negro, y hay veces que debe ser gris. Pero tiene que haber voluntad de acordar. Cuando hay voluntad, los acuerdos son más factibles. Cuando no la hay, aunque estés cerca, generalmente no hay acuerdo.
- ¿Y hay voluntad de acordar?
Yo creo que la mayoría la tenemos. Pero también creo que el FDT es mucho más que Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Nadie niega la importancia del presidente ni de la vicepresidenta, que además tiene un rol preponderante en la coalición. Pero el FDT, desde el día que fue a elecciones, le pertenece a millones de argentinos y de argentinas que nos votaron.
- Me es difícil pensar que las diferencias que tienen que ser saldadas se diriman justamente con segundas o terceras líneas. ¿Pueden ser saldadas sin que Alberto y Cristina hablen entre ellos?
Mirá, ya que está tan de moda hablar de guerras –que ojala pronto se restaure la paz porque la muerte de civiles es absolutamente repudiable, la guerra la hacen los generales, los sargentos y los soldados-, los estrategas son muy importantes, pero los que lleva adelante la estrategia son los sargentos y soldados. Eso quiere decir que hay que escuchar a los demás actores de la coalición. En una política social no basta con hablar con los dirigentes de las organizaciones sociales, sería bueno hablar con las mujeres y hombres de los barrios que sufren la pobreza. Si hablamos de la política productiva, sería bueno escuchar no solamente a CAME, Federación Agraria o la UIA, sino también a las PyMEs que no están encuadradas.
- ¿Fue un error no haber dirimido las diferencias programáticas en 2019, en el origen de la coalición?
Sí, indudablemente, pero bueno ya está. Hay que tratar de resolverlo ahora. Las coaliciones históricamente se conforman sobre un programa. Nosotros lo teníamos, hubo un trabajo importante en los equipos técnicos. Pero generalmente, como se plantean grandes temas y grandes soluciones, el tema después es cómo implementás esos grandes conceptos. En la medida que haya voluntad, repito, que sea genuina, honesta y no esté teñida por la especulación, esos matices se van resolviendo.
- Da la sensación de que Cristina está decepcionada respecto a hacia dónde decantó el Frente. ¿Ustedes también están desilusionados?
¿Cómo está la persona que tiene 30 lucas y tiene dos pibes? ¿El que tiene un comercio y cerró? ¿Cómo estará la gente golpeada por la pandemia y la crisis? Los problemas de los políticos son secundarios. A la política la elegimos, yo elegí hacer política. No puedo vivir quejándome. Si nosotros bajamos los brazos y nos enojamos, ¿qué les queda a los 44 millones de argentinos?