Cambios en el Gabinete de Kicillof: los intendentes ganan terreno, dejan controlados sus pagos y ¿piensan? en su re-reelección 2023
Los jefes comunales se incorporan a una gestión que hasta ahora los escuchaba pero no los integraba como protagonistas. Jóvenes de su riñón a cargo de los municipios, vidriera provincial y el dudoso caso Sujarchuk.
Después de una frenética semana de rosca política a nivel nacional y con recambio de ministros incluido, el Gabinete del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, también sufrió modificaciones. El jefe de ministros bonaerense y hombre del riñón del mandatario, Carli Bianco, pasó a ser jefe de Asesores y su lugar lo ocupará el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
Además, el alcalde de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, se convirtió en el nuevo ministro de Infraestructura –quien ocupó hasta ahora ese lugar, Agustín Simone, estará al frente del Instituto de la Vivienda–. Mientras que la diputada nacional Cristina Álvarez Rodríguez reemplazó a Teresa García –que volverá al Senado provincial en diciembre– y es la flamante ministra de Gobierno, puesto que ya había ocupado en la gestión de Daniel Scioli.
En este caso, la lectura que se hace a nivel nacional sobre que Alberto Fernández reemplazó a sus funcionarios producto de la presión del kirchnerismo no cabería, ya que el ejecutivo provincial es controlado por ese sector del Frente de Todos.
En diciembre de 2019, cuando Kicillof asumió como gobernador, conformó –a diferencia del Presidente y como parte de un acuerdo estructural del frente– un Gabinete con pocos actores disonantes y considerablemente homogéneo. El Ejecutivo de la Provincia se loteó entre gente del exministro de Economía, La Cámpora y el cristinismo.
Los jefes comunales peronistas que pregonaban el “intendentismo” desde el recordado Grupo Esmeralda tuvieron poco lugar en ese armado. Sin embargo, con cada vez más volumen político y la carta maestra de la territorialidad, ese sector fue ampliándose y cobrando relevancia. El titular del bloque del FdT en la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner –que llegó a la presidencia del PJ bonaerense con la ayuda de Insaurralde–, insistió en reiteradas ocasiones en la importancia que tendrían los intendentes en la segunda mitad del mandato frentetodista.
Con la derrota de las PASO, Kicillof –al igual que Fernández– también se vio obligado a rescindir espacios frente a un sector de los alcaldes que exigía mayor espacio en el armado bonaerense.
Así, Insaurralde llegó a la jefatura de Gabinete y en su lugar asumirá la presidenta del Concejo Deliberante lomense, Marina Lesci, una abogada de 37 años; mientras que Nardini, que se encargará de la obra pública provincial, dejó su vacante para la secretaria de Servicios malvinense, Noelia Correa, de 39 años. Dos nuevas mujeres se suman al reducido número de mandatarias municipales de Buenos Aires.
Ambas dirigentes son del riñón de sus respectivos referentes, y ahora flamantes ministros. De esta manera, Insaurralde y Nardini logran mantener su hegemonía en el pago chico y provincializarse desde sus carteras en La Plata. Además, los dos se aseguran de esta forma una posibilidad que hasta ahora la Ley que limita la “re-re” descartaba: su reelección en 2023 como intendentes. Al estar más de dos años y un día fuera de la gestión municipal, se crea un gris legal que les permitiría reelegir nuevamente.
En contrapartida a lo conseguido por el lomense y el malvinense, el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, no logró incorporarse al Gabinete nacional ni al provincial. Esto, sumado al poco lugar que consiguió en el cierre de listas para estos comicios –solo colocó a su secretario de Gobierno municipal, Javier Rehl, en el no-expectable quinto lugar de candidatos a senadores provinciales por la Primera sección– y los 20 puntos que perdió entre las elecciones de 2019 y las últimas, generó rumores sobre su posible deserción del FdT.
“Es una posibilidad, lo está evaluando. Esta semana lo definirá”, aseguraron a El Canciller desde el entorno de Sujarchuk, quienes además confirmaron que son varias las razones que lo incentivan a dejar la coalición gobernante y que es altamente probable que el intendente cree su propio vecinalismo en Escobar.